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SEPTIEMBRE 2013 -
TIFFANY
Tiffany:
Hummm... sabes, como amiga te voy a decir una cosa.
Yo:
Dila.
Tiffany:
Siempre cuando estás con ella dices lo mismo que decías
antes de cualquier separación... y siempre dices lo mismo después de las
separaciones, eso me hace entender que ni tú sabes lo que quieres, estás
confundido, y creo que deben entrar a terapia matrimonial los dos, quizá solo
es agobio, cansancio o rutina. Pero siempre en toda mi vida te veo que estás en
lo mismo, el mismo ciclo lo repites siempre.
Una terapia con un profesional los puede ayudar a
encontrar el camino de lo que en verdad quieren los dos... qué es lo que hay,
el por qué de lo que hay y qué hay que hacer... si esta vez dejas esto así como
siempre... esto se va a repetir siempre como algo común... y así se van a hacer
viejos con esa desazón de no haber tenido una vida plena, por no haber buscado
la ayuda a las respuestas que requieren y buscan.
Sé que no soy nadie para decirte esto, pero me considero
lo suficientemente inteligente y lúcida para decirte, no por lo que yo sepa, sino
porque he podido apreciar desde afuera de tu relación.
Yo:
Sí, es probable que tengas razón.
Me mata el tema de Claudio, realmente me mata. Me mata
horriblemente. He crecido en un hogar de cincuenta años, mis viejos acaban de cumplir cincuenta
años de casados, yo me casé con la convicción de que esto dure para siempre, lo
hice demasiado joven.
Tiffany:
Sé que tengo la razón... cuando estás dentro te fastidia,
te harta, te cansa, quieres otra cosa... cuando estás fuera te angustia,
sientes temor al futuro, melancolía, crees que quizá eres tú el equivocado y
tienes miedo darte cuenta cuando todo esté perdido.
Yo:
¡Exacto, exacto, eso siento!
Tiffany:
Nunca se es joven ni viejo... la cosa es saber enfrentar
con decisión y firmeza las acciones y eso es lo tuyo... no estás lo
suficientemente seguro de lo que haces.
Yo:
Puta madre, ¿y por qué no soy lo suficientemente seguro?
¿debería mandar a la mierda a Ruth?
No, me pregunto dónde se origina esta cosa, esta
inseguridad.
Tiffany:
Te lo vuelvo a repetir... busquen ayuda de un profesional
en terapia de parejas, él les sabrá sacar lo que hay adentro, el por qué de la
función o disfunción... él hallará el problema y la solución y esta será...
seguir o no seguir.
Yo:
Ok, le diré, ambos estamos muy confundidos.
Tiffany:
Es la costumbre de lo ya hecho.
Yo:
Con dudas, con ganas de volver, pero queriendo no amarnos
tanto. Es una mierda de confusión.
Dieciocho años vividos juntos no es poca cosa, estamos a
un paso de las bodas de plata, al menos para mí es un paso… y temo defraudar a
Claudio.
Tiffany:
Tienes miedo empezar otra vez de cero y mil obstáculos...
o también puede que tengas la vida perfecta a diez centímetros y no lo puedes
ver por tus ganas de vivir lo que no has vivido.
Yo:
Sí, sí, exactamente entre esas dos cosas es que dudo.
Tiffany:
Más defraudas a tu hijo siendo un cobarde y viviendo lo
que no quieres, le estás enseñando a ser igual a ti.
Yo:
Si soy cobarde o si soy un terrible estúpido que destruye
su felicidad y a la mujer de su vida…
¡Carajo!
Estas palabras no las encuentro en mi familia ni en
nadie, hasta ahora que me lo dices.
Tiffany:
Busca ayuda.
Yo:
:S
Sí, eso haré, terapia de pareja.
Tiffany:
Pero busca un buen profesional en parejas. Verás que te ahogas en un vaso de agua.
Yo:
Lo que me da cosa es llegar a ser indolente como algunos
de mis patas que dejan a sus mujeres e hijos como las huevas, no quiero ser un
perro con mi hijo.
Tiffany:
Yo creo que eso se debe hacer cuando ya se ha agotado
hasta el último recurso... no por un culo que se movió bien.
Yo:
Claro, no es cosa que una flaquita rica. Realmente quiero
hacer las cosas bien y transparentes, honestas.
Tiffany:
Mira, cuando uno ama a alguien, no mira más allá, si no,
no amas.
Yo:
Eso del amor... es otro tema además. ¿¿¿Qué chucha es
amar??? ¡¡¡No sé qué mierda es amar!!!!
Realmente a veces creo que la amo... y otras siento que
ya fue totalmente.
Tiffany:
Mira, a mí me sucedió lo mismo... yo pretendía vivir mil
años en un matrimonio sin amor... solo por preservar la familia y que no se
lastimen mis hijos, pero me di cuenta de que los hacía cobardes y esclavos de
mis mismos temores y no era justo. Ellos iban a tener sus propios líos.
Yo:
Tiff, te agradezco tus palabras, ya me debo ir, pero
hablaré francamente con ella para buscar terapia.
En eso debo pensar, en Claudio y el ejemplo que le doy.
Tiffany:
Los hijos deben buscar sus propias soluciones.
Y otra cosa, no sé a qué llamas amor.
Yo:
Tiffany, te dejo, te mando un beso y agradecimiento...
Tiffany:
Lo dejamos para después, te voy a decir algo sobre el
amor.
Besos, cuídate.
Yo:
Bye.
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NOVIEMBRE 2013 -
MARY:
Mary:
¿…y no hay reconciliación?
Yo:
No, hemos intentado... pero nada.
Mary:
¿No hay amor?
Yo:
Mira, se lo he propuesto hace poco, me choteó, y luego se
pone melosa, luego se pone desconfiada... hay mucha inestabilidad.
Mary:
¿Por qué se molesta? ¿La has engañado, ha visto algo?
Yo:
Sí, la verdad es que sí. No te voy a mentir.
Mary:
Ya ves, por algo es…
Yo:
Sería largo explicar, pero digamos que me ampayó al
tratar de cortar todo eso y meterme en mi familia.
Mary:
Yo tampoco perdoné eso.
Yo:
Me ampayó por querer salirme de todo eso, no porque
estuviera con las manos en la masa.... pero al final es lo mismo, lo admito.
Mary:
Merecido lo tienes, lo que se hace se paga.
Yo:
Sí, sin embargo hemos tenido varios encuentros durante
estos meses…
Mary:
El cuerpo es el cuerpo. Pero hace mal ella con esos
encuentros.
Yo:
Pura confusión para ambos.
Mary:
Sí, pero a la vez te utiliza. Qué pena, y te falta…
Yo:
¿Me falta qué?
Mary:
Los que hacen daño a la larga siempre se les invierte las
cosas.
Yo:
Desde mayo estamos separados, y yo me prometí no incurrir
más en esos desórdenes, con o sin ella. Y así ha sido.
Mary:
Es mejor.
Yo:
No tengo ánimo para eso, al menos estando aquí en casa y
con ella en ese zigzagueo…
Mary:
Es que a veces las chicas lindas y las tentaciones… es
difícil. ¿Y esa mujer no te busca?
Yo:
No, le dije que no me busque; aunque a veces nos hemos
visto, no pasa nada.
Mary:
Ella también debe sufrir ya que esperaba que te quedaras
con ella, se debe sentir re mal.
Yo:
Sí, pero era jugar con fuego, yo no la engañé a ella. Al
final los tres terminamos mal, pero la única verdadera inocente es mi esposa.
Bueno, tiene sus responsabilidades en nuestras crisis, pero en este adulterio
es completamente inocente.
Mary:
NO, le mentiste también a ella, a la otra.
Yo:
No, eso no fue así, en serio.
Mary:
Ay amigo, hiciste mal, ¿ya pediste perdón a ambas partes?
Yo:
Sí.
Mary:
Es justo… ¿y lo pediste de corazón?
Yo:
Claro pues, no quiero esta cosa.
Mary:
Qué bueno, ojalá Dios también te haya escuchado.
Yo:
Ojalá. Me debo ir, te dejo, bye!
Mary:
Besos, cuídate.
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DICIEMBRE 2013 –
VANIA:
Yo:
…Desde mi separación las cosas han sido realmente feas al
comienzo, y luego confusas… es muy difícil esto, a veces creo encontrar cómo
manejarlo, pero en otras ya no me siento tan seguro ni optimista. Mucha
incertidumbre. Me encantaría conversarlo, no es fácil sobrellevar esto y que a
mi hijo no le afecte, que salga lo más ileso posible.
En las películas esto se resuelve más rápido. Y en la
vida real algunos amigos y amigas con un gran caparazón también lo definen
rápido. A mí me tocó otra raza.
Te mando besotes, igual tengo una sonrisa mientras te
escribo. Aun suelo sonreír.
Vania:
Oh, Ronald en el
problema de siempre, sorry si no te respondí. No es que sea ajena a tus
problemas sino que, como comprenderás, todos los tenemos, unos de una forma y
otros de manera distinta. Lo importante es que tu hijo encuentre la
tranquilidad que necesita para que siga una vida feliz; es fácil decirlo ¿no? pero sé que es
inteligente y entenderá. Encuentra la mejor manera de hacerlo, yo sé que es
difícil para ti y ahora que tengo mi hija te entiendo. Deseo de todo corazón
que soluciones tus problemas, tú sabes que siempre cuentas conmigo y si
necesitas hablar o simplemente que alguien te escuche no dudes en decírmelo
¿ok?
Un beso, guapo.
Yo:
Leer de arranque "Ronald en el problema de
siempre" me ha sacudido. Es cierto, es lo de siempre.
Por supuesto tus demás palabras son también muy
oportunas, todas ellas, porque he tratado sinceramente de corregirme y hacer
las cosas bien. Pero hoy probablemente "hacer las cosas bien" sea
dejarnos ir, es verdad. Ruth es una buena mujer y tampoco merece esto, ser
blanco de críticas y las miradas acusadoras como quien no tiene el coraje de
terminar lo que ya no sirve. Me ha dicho que algunas personas le han reprochado
que piense volver conmigo.
¿Realmente no sirve? ¿Y cómo es que, por momentos, por
algunos lapsos de tiempo, hemos sentido que nuestro amor sí es posible, aunque
ella quiera que sea clandestino, que nadie se entere?
Otra vez, gracias, solo el trabajo agobiante me saca de
estos pensamientos. Besos linda, sé que tarde o temprano esto dejará de ser
"lo de siempre".
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ENERO 2014 –
VANIA:
Yo:
Chao Vanita, ya me voy. No tengo un teléfono tuyo ni
nada, por ahí buscaré si tengo algún correo tuyo.
Muchos besos.
Vania:
Mi Ronald, cuídate mucho y ojalá que todo te siga yendo
super bien. Igual yo te buscaré.
Yo:
Gracias, te quiero mucho. Algo sí es cierto. Me harté de
esta situación. Necesito otra mujer, otro hombre o irme a otro universo. Otra
vida. ¡Chao!
Vania:
Ok, Ronald un abrazo y mucha suerte, solo el Señor sabe
por qué pasan las cosas.
Yo:
Solo él lo sabe pero no me lo cuenta.
Vania:
Ya te premiará porque sin duda eres un gran hombre.
Yo:
:*
Vania:
:*
muy cierto
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