martes, 22 de noviembre de 2011

Yo entiendo a los autistas


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Hoy es muy fácil agarrar de piñata a Omar Chehade, caído en desgracia por muy aparentes actos de corrupción, así que yo no voy a añadir más. Probablemente en unas semanas más le desaforarán del Congreso para que vaya al Poder Judicial a ser enjuiciado y además dejará de ser vicepresidente de la República. Ni Kafka.

Lo que a mí me ha llamado la atención es su reacción en Twitter, como si fuera un autista, para agradecer al país por su apoyo en este trance.   No hace falta la encuesta de Apoyo en la que sólo lo aprueba el 8% de la población para darse cuenta de que Omar es políticamente más huérfano que Adán.

Omar, en nombre de los recuerdos de nuestra niñez, en nombre de nuestra comunidad escolar, te suplico que dejes de encerrarte así, ridículamente, de la realidad.

Bueno, a todo esto, yo te entiendo.

Por ejemplo, todos los integrantes de la promoción 1987 del Colegio Champagnat estamos cumpliendo 41 años de edad y en general los varones latinos le tenemos terror a la base cuatro porque sabemos que nos toca pasar por el urólogo o, mejor dicho, que el urólogo pase por nosotros.

Un amigo policía, César Heredia, trabajaba en Paneles Napsa como vigilante en sus horas libres. Como él es mayor y ya pasó por los cuarenta hace rato, solíamos preguntarle si ya se había hecho el examen de próstata, o más crudamente, el tacto rectal.

“¿Y si me gusta?”, preguntaba ingenuamente el zambito de verde al preguntarle por qué se negaba al examen. Muy gracioso, pero cierto para él, una duda razonable, especialmente porque siempre se dice que el punto G de los hombres está precisamente allí, en la próstata.

Él y otros muchos se niegan a ver la realidad médica a la que se exponen por ese miedo. En fin, más miedo le tienen al menoscabo de su virilidad que al cáncer, es que no es fácil que a uno le metan el dedo, especialmente si quien lo hace es otro hombre, aun en circunstancias puramente médicas, no eróticas o románticas.

Mira Omar, te cuento, en unas cuantas horas me toca debutar en estas lides, perder la virginidad prostática. Ojalá no me duela ni me guste. Ni tan, tan ni muy, muy. Porque otro amigo del trabajo, Pedrito Calderón, me vino a contar que el año pasado le gustó más el examen porque este año el doctor había sido “un poco brusco”.

Suplico cariño a quien se encargue de mí, si fuera tan amable. Yo creo que me vendrán a la memoria todas las bromas, toneladas de ellas, que he hecho y he escuchado durante años sobre este tema, y me reiré mucho mientras el doctor deambule dentro de mí. Espero que esto no lo ofenda, doctor, no es amor ni me reiré de gusto, solo yo soy un humano entregado de buena gana a todo lo que hace para poder hacerlo bien. Porque lo que se hace a la fuerza se hace mal.

Volviendo a ti, amigo Omar, entiendo que no quieras ver lo políticamente destruido que estás, tal como muchos viejos creen que las enfermedades pueden prevenirse por medio de no prevenir. Como mi viejo, quien después de los 70 insiste en mantener la retaguardia en condiciones primaverales. Está un poco loco.

Allá cada quien, al final somos dueños de nuestro destino. A mí me van a revisar la próstata pero no estoy destruido políticamente. Omar, yo entiendo que a ti te tocan ambas cosas y eso no es fácil de aceptar.

La verdad es que sólo te apoyan unas cuantas viejas peseteables, unas cuantas tías sin mayor beneficio que el ocio desvergonzado y parasitario.  Que unos cuantos desocupados carguen carteles y suelten vítores no te ayuda, al contrario, te desluce. En serio.

¿Qué dirán nuestros amigos, qué dirán los profesores del Champagnat? ¿Qué dirán Chiricuto o el indestructible hermano Mateo? ¿Qué dirá Chepito al recordar los feroces debates por la estatización de la banca, tu admiración por Piérola y Haya de la Torre? ¿Qué estará pensando Pancho? ¿Cómo le explico a mi hijo que las celebridades de la promoción no saben comportarse, que sólo nos quedan Christian Meier y Carlos Thornton? ¿Le digo que eres de La Repa? ¿Cómo haremos en el 25° aniversario de nuestra promoción, apenas el próximo año?

O sea, no me queda más remedio que lanzarme a la sucia política, a la mediocre actuación, al canto destemplado, al deporte fracasado, o a cualquier cosa que distraiga la atención. Sé que yo sería inepto en cualquiera de estos campos, pero no corrupto, al menos en eso vamos avanzando.

Sé que nuestra patria está llena de hipócritas y oportunistas, qué duda cabe. Sé perfectamente que quienes hoy te linchan, querido Omar, son los mismos que antes te hubieran tocado la puerta para pedirte algún favor inapropiado. Lo sé, yo también soy peruano.

Es más, Omar, luego de las elecciones mi pata Hans Vidal se lo pasaba animándome burlonamente a visitarte para dichos efectos, que cuál sería el puesto que te pediría. Cómo jodía Hans con esas bromas. Ahora que lo vi en el fulbito se ha cagado de risa imaginándose que mi camaronería no me habría durado más que unos cuantos meses. Justo lo que yo le decía, que yo jamás te buscaría porque a mí me gusta trabajar, como buena lorna.

Ahora estás imaginando que la gente te apoya mientras yo estoy imaginando que saldré indemne de mi examen de próstata. Yo entiendo a los autistas, Omar, yo entiendo.
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jueves, 17 de noviembre de 2011

Para cada Adán hay una Eva (II)


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Cito a un gran amigo, un hermano cuando tuve problemas con Ruth, Gonzalo Calmet: “Las mujeres perdonan pero no olvidan”. Yo había decidido contarle algunas cosas a mi esposa.

Años después, ahorita nomás, otro amigo treintón, Wagner, estando a dos meses de casarse ha tenido el patético desliz de dejar su notebook con los accesos abiertos y su novia entró a su cuenta de Facebook. ¡Ay! El buen Wagner tenía algunos diálogos, diríamos, confianzudos y prometedores, con una jovencita entusiasta con cierto kilometraje.  Ha prometido a la chica (vía Facebook) tirársela apenas pueda, es decir, antes de que su novia vuelva de viaje. No, el problema, como les decía, no es ése, el problema es que su novia ha leído su furtiva promesa. Y faltan menos de dos meses para el matrimonio.

Cuando me contó yo pensé -cuándo no, como detractor del matrimonio- que la ocurrencia de este desliz tal vez sea prueba nítida de que aún no está preparado para el matrimonio aunque, efectivamente, ama a su novia. Es que el amor es así, como canción barata.
Haciendo click... ¿así?
Wagner le ha llorado a su novia (también como en canción barata) para que no lo eche porque, efectivamente, lo estaba dejando sin boda y sin casa. Me hizo acordar a mí, pobre huevón.  Lo que un llorón no se pregunta en un trance así es si ese llanto es realmente producto del potencial desafecto, o puede haber sido puro roche, puro temor ante la vergüenza pública, o hasta impotencia de convertirse en un  fracasado inapelable.

Gracias a la mediación de su futuro suegro, quien también es hombre de carne, hueso y recorrido, la nena retrocedió y accedió retomar los asuntos. Me hizo acordar a mí, pobre huevón.

Si no campeonas no existes: Nadie se acuerda del perdedor.

Luego de los hechos establecidos, del pedido y de la aceptación del perdón, es inevitable que se pierde la horizontalidad de la relación.  El infractor que ha pedido perdón sinceramente se ha colocado en una posición subordinada ante su pareja, y ésta inevitablemente se coloca en una posición de superioridad moral que se convierte -en la práctica- en jefatura.  Este proceso puede ser inconsciente pero es real, ¿verdad doctora?  Volver a una relación horizontal tomará mucho tiempo (y algo de suerte, como felizmente me pasó a mí) y ante una situación de crisis existen grandes posibilidades de que se invoque el desliz inicial aun cuando las nuevas discusiones no tengan nada que ver con ello. Mujeres pues. Si para las nupcias de Wagner faltan dos meses entonces DE NINGUNA MANERA lograrán volver a esa situación para dicha fecha, ¿verdad doctora?  Eso es diferente a mí porque yo ya tenía más de diez años de casado y con un hijo bastante grande, no sé si me explico, pero esas dos cosas cambian mucho la presión.

Pero volviendo al novio recientemente sojuzgado, me pregunto: ¿Son la humillación y la sumisión perpetuas el precio que debe pagarse por el error cometido?

¿Es la desconfianza y el rencor una carga que debe asumir la futura esposa?

El amor no es de oro, es de plata.

Persistir con la fecha del matrimonio no solo no permite sanar la situación sino que impide que ella se resuelva. ¿Por qué? Porque entonces las motivaciones siempre quedarán en entredicho: ¿Qué estamos salvando, nuestra relación afectiva, o nuestro contrato matrimonial, o nuestro prestigio social? ¿O todas esas cosas? ¿Acaso salvar todo eso no complica los asuntos en vez de simplificarlos o fortalecerlos?

La verdad me la dijo el infortunado: “Persisto en la fecha porque me he gastado un cojón y medio en la ceremonia, la fiesta, el departamento y un montón de mamadas más que no pienso gastarme otra vez ni tirar a la ventana solo para hacerme el íntegro.”
 
 
Ah, la plata. Ahora sí, me hizo acordar a mí, pobre huevón. Poderoso caballero, y nosotros ni con Viagra le ganamos. Aunque, insisto, Wagner ama a su novia también. Que conste en actas que el amor sí existe.

Pero volviendo a lo ideal, pese a toda la plata del mundo, es muy recomendable que se posponga la fecha del matrimonio, no para evaluar la relación, sino para retomar la confianza mutua y la horizontalidad.  Esto puede tomar, cuando menos, un año adicional. Total, no hay niños de por medio, como en mi caso.

El futuro no existe pero se ve a lo lejos.

Como lo ideal nunca ocurre, Wagner igual se va a casar en un par de meses. Créeme, hermanito, vas a llegar al altar disminuido, empequeñecido, humillado, casi como si fueras el lustrabotas de tu novia. Me ha pasado, lo escribo con lágrimas en los ojos.  ¿Crees que ella te besará ante todos con el mismo gusto y placer que si no hubiera ocurrido todo esto? ¿Crees que tendrás la admiración y el respeto de ella y su familia de la misma forma que si no hubiera ocurrido nada? ¿Crees que ahora mismo querrá tener sexo contigo?  Yo como mujer no tendría sexo contigo, amigo, tú me entiendes. ¿Cuánto tiempo pasará para que tengan sexo como antes? Muy difícilmente ocurrirá antes de dos meses. Esto no lo puedes permitir por tu bien y por el de ella.  Esto puede provocar que tu desliz no sea un daño temporal sino irreparable.

Lo que digo probablemente suena soberbio para haber sido casi-casi infiel, lo admito.  Wagner dice que nunca tocó a esa chica, que sólo fue picardía virtual. Yo le creo. Pero no se trata de ser soberbio exigiendo olvido. Se trata de que permitir que el tiempo haga su trabajo para llegar al matrimonio tal como se debe llegar: Con amor, confianza y respeto mutuos, consolidados y demostrados (para sí mismo y para los demás) a través del tiempo, lo cual justifica de forma natural las nupcias.

Miren, las dudas no las podemos enterrar eternamente.  Hace muchos años mi ex amigo Humberto Zavala me preguntó atribulado tres días antes de casarse: “Ronald, ¿crees que hago bien en casarme con Norma?” O sea, sus dudas no eran respecto al matrimonio sino a la novia, al menos eso me pareció, y es que mi futura cuñada, Judith, lo tenía bastante inquieto. Todos testigos de Jehová. La verdad es que en esos tiempos yo no tenía tantos cojones, así que me quedé helado, no supe qué responder y con eso le ayudé a seguirle la corriente a la inercia como buen cristiano, porque en todas partes se cuecen habas y apenas faltaban tres insignificantes días para reventarse la vida. Pero esa ya es otra historia, y además muy vieja.

En fin, Wagner, de algo hay que morirse. ¿Ves? Sin querer he escrito la segunda parte de “Para cada Adán hay una Eva” y le he tenido que poner ese tìtulo. Lo que uno hace por los amigos…
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Referencia para recordar:

viernes, 16 de septiembre de 2011

En fin, muérete.


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Leyendo El Trigo Atómico vi el link en Facebook del microbusero que mató a Ivo Dutra hace un mes, Weimer Huamán Sánchez, un poco tarde, pero algo se le puede decir, ¿no?

Así que le escribí este mensaje:

Me han contado que eres el microbusero que mató al periodista Ivo Dutra por correr pasándose una luz roja.

Pucha cuñao, yo no soy de los que creen que te cagaste la vida con eso. No. Yo creo que ya la tenías cagada desde antes. Claro porque ¿cómo se explica que sólo tengas talento como microbusero? ¿Cómo es que no sirves para otra cosa?  Soy un convencido de que ya tenías la vida cagada, o sea, eres un cagón empedernido, por eso te aceptaron como chofer de micro.

Es verdad que no viniste a Lima para matar gente, como dice tu madrecita. No, si nadie cree eso. Así son las madres, pobrecitas ellas. Dale mis saludos, si sirves para eso.

He visto a un huevo de patas como tú manejando como unas mierdas, el otro día un animal que manejaba la 19 se metió en contra en la prolongación Arica, a la altura del Amauta, a toda velocidad para adelantar a un colega suyo.  PTM, encima se encontró con que venía un camión en contra, como ya no podía adelantar, ni frenar sin chocar... adivina: se fue más a la izquierda y se salió de la pista, dejó pasar al camión y volvió a la pista en contra para terminar de adelantar al otro.  La gente, cosa rara, protestó a gritos y le dijo de todo, ante lo cual parece que ese maldito colega tuyo entendió que si no se sacaba la mierda en el próximo cruce igual la gente lo iba a linchar peor.  Y esto es solo un ejemplo. ¿No es tu pata?

Anoche nomás otro idiota iba como si no tuviera frenos por 28 de Julio y metía tales frenazos que la gente parecía en orgía putera.  Cuando la gente le reclamó él demostró lo que tiene en la cabeza: "Tranquilos, los frenos de este carro son muy buenos". Caca. ¿No es tu cuate?

Bueno, te decía que me pasaron tu link en Facebook, como a muchos, para que la gente te joda y no te deje vivir en paz.  Yo creo que como ya estás guardao probablemente haya quienes te jodan personalmente, no sé, me da igual.  Pero no podía dejar de expresarte mis sentimientos, y es que me emociono con facilidad, pese a que ya pasó más de un mes y la mayoría de gente ya se olvidó y no apareces más en los diarios.

Lo importante de escribirte es aclararte que si bien tengo el gusto de no conocerte, también es cierto que no hay duda que eres, además de cagón, un pobre diablo como todos los que creen que saber mover un carro es lo mismo que saber manejar profesionalmente.  Igual que las autoridades, quienes han permitido con su ineptitud y corrupción que esta situación empeore cada vez más.

No vayas a creer que te deseo lo peor. No. Yo apenas me basto con decirte que aun hay muchas basuras como tú, la gran mayoría, que siguen al volante de micros y combis pero lo más repulsivo es que tienen el cuajo de opinar, de indignarse cuando alguien habla de formalizar y reordenar estos escombros que es el transporte en Lima.

En fin, muérete.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El Justiciero Demagogo (uno más)

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Hace unos momentos leía en Facebook el Estado de Jota Hurtado en el que afirma, como buen izquierdista, lo siguiente:  "La mayoría de medios periodísticos peruanos son un asco y están al servicio de los peores y más oscuros intereses."  Y remata con el tema de este post: "En Ecuador, la mayoría de medios de prensa no son ni mejores ni peores que acá." Seguramente. Como si en Ecuador, Perú y toda Latinoamérica tuviéramos mejores presidentes.

Además Jota nos invita a leer la columna de la Fundación CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales) titulada "ECUADOR. Difamación u opinión: EL CASO "El Universo"", relativo al juicio que Rafael Correa ha ganado a un periodista de su país:

Emilio Palacio
¿Sólo él, o también El Universo?
Yo agregaría que lean también el famoso artículo del editor Emilio Palacio, por el cual ha sido condenado a tres años de prisión junto con dos directivos de "El Universo", así como al pago al denunciante de 30 millones de dólares en concepto de compensación y 10 millones de dólares de multa para el diario. Alucinen.  Pueden leerlo aquí:
 


¿Cuál es el punto?

Ustedes ya saben lo que pienso de la prensa, lo he posteado muchas veces, pero me parece necesario ahora decir esto:
 
HORRIBLE
A la cárcel por mentir.
Lo que se critica en esencia no es que se condene la calumnia o difamación. Eso siempre debe condenarse, de hecho, en Perú Magaly Medina fue correctamente a la cárcel precisamente por esa razón y ella misma ha moderado su "estilo" de trabajar. Pero es bien sabido que ella es conocida como parte de la televisión basura. En una palabra, es pura mierda.


Sin embargo, en el caso ecuatoriano se ha criticado el hecho de responsabilizar al medio por una acción personal. El medio no puede jamás ser filtro de lo que se haga en las columnas de opinión. Es verdad que el columnista Emilio Palacio es además editor de la sección de opinión de "El Universo", o sea, es empleado del diario. Pero un columnista puede ser o no empleado del diario en el que opina y aun así actúa bajo responsabilidad personal en las colunas de opinión. Por ello muchos tenemos la posición de que la condena debió recaer, si acaso, exclusivamente sobre Palacio y nadie más.
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La Justicia a la medida
de su justicia
"El Universo" sería responsable si hubiera apoyado dicho contenido, no dicha libertad, aun mal usada. ¿Debe el director de un diario leer las columnas de opinión y prohibirlas si las consideras ofensivas o hasta delictivas? Eso jamás debe suceder ¿Por qué? Porque esos dichos difamatorios tienen carácter individual. ¿Por qué no entienden eso las izquierdas y derechas radicales? ¿Acaso son brutos?


A ver si entienden

Blogger no es responsable penal por acoger a La Sala de Ensayo, ni por el contenido de estos posts. Tampoco lo es por permitir que se publique las opiniones mías, las suyas ni las de otros, y está bien que así sea, aun cuando, en el fondo, pudiera haber afinidad entre el medio y quien opina, como ha pasado en caso "El Universo".

Volviendo al ejemplo de Magaly Medina y el futbolista Paolo Guerrero, el departamento legal de Canal 9 apoyó a Magaly Medina, por lo cual el goleador también insistió en que fuera considerado "civilmente responsable" en el caso. Eso era imposible porque el medio nunca se unió a las afirmaciones de Medina, simplemente le dio un lógico soporte que emanaba de la relación laboral y contractual, aun si en el fondo de su corazón los directivos estuvieran de acuerdo con ella. Piña pues, así pasa cuando sucede.


A ver, ¿el Ché era un
revolucionario o un
retrógrado asesino
ideologizado?
Dictador o Asesino, he ahí el dilema

Hasta allí llego con mi posición respecto a El Universo. Pero, volviendo a leer la columna de Palacio, me sorprende que se diga que Correa no protesta tanto contra el calificativo de "Dictador" sino contra el hecho que se sugiera que es autor intelectual de crímenes de lesa humanidad el día del golpe.


Yo entiendo que lo segundo es más grave que lo primero, pero encuentro mucho más clara la injuria de llamar "Dictador" porque lo hace de manera directa, mientras lo otro literalmente no lo afirma.

Lo que afirma en el párrafo de conclusión es que 'otro presidente podría enjuiciarlo por ello' pero no entra en estricta materia si Correa es autor o no de dicho delito, al menos no en el artículo mencionado. Solo apunta ciertos indicios y declaraciones que le parecen relevantes y deja la conclusión para un hipotético juicio futuro. En fin, es mi parecer.



El amor es así

Miren, yo encuentro que todas esas frases, tanto del columnista, del diario, de Correa, de sus parientes y opositores políticos, han caído frecuentemente en el exceso (inclusive legal), se han dicho cosas sin detenerse a pensar que pueden estar, y de hecho están, difamando. Todos.  Eso de tirar dedo como hueveando, insultar al rival, es muy frecuente en Latinoamérica, no digan que no. Así es el fútbol.

Yo también, a veces exagero, pero es que La Sala de Ensayo sólo ensaya, no ejecuta en limpio. No jodan pues, me expreso como quien carajea en voz alta, calato, pilucho, en la sala de su casa.  ¿O acaso ustedes no lo han hecho? Pero no delinco, por siaca.
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No son las orejas de Mickey Mouse,
o Disneyland, es el día del golpe.
¿De qué estábamos hablando?

Lo que me parece que no es casual, y ocurre siempre en medios y en política, es que ya no se discute el tema original de esa columna de Emilio Palacio, es decir, el posible indulto que el Presidente supuestamente pensaba realizar y que Palacio no quería recibir. Falacia de Inatingencia, o distrayendo el tema en discusión.  En fin, es mi parecer.


Aun ahora los izquierdistas más recalcitrantes dicen que la mayoría de medios peruanos y ecuatorianos (hasta CNN) son corruptos. ¿Es una opinión, o una afirmación fáctica? Si así fuera ¿no deberían enjuiciarlos si acaso tienen pruebas quienes dicen eso? ¿Y si no tienen pruebas de corrupción no estarían difamando también? Muchos entusiastas de izquierda avivan la indignación popular para luego justificar el cierre de diarios y otros medios de comunicación. Ojo, estoy avisando, luego no se sorprendan.  La Sala de Ensayo ya acertó otras veces.  Creo que aquí estamos perdiendo plata, como me han insistido a veces mis queridos hermanos George Rodríguez y Lucho Roncalla.


La Izquierda Cool del siglo XXI
Atentos a la agenda y al panfleto

Quienes me conocen saben perfectamente que yo he criticado mucho a la prensa, de derecha y de izquierda, pero nunca lo he hecho como parte de una agenda política ¿Por qué? Simplemente porque no la tengo. De eso dan testimonio muchos de los posts de La Sala de Ensayo.

Ya lo hice antes y lo vuelvo a hacer hoy: Así como el fujimorismo envileció las leyes y su aplicación para controlar medios, así mismo huele a que hoy se está usando medias verdades en la vereda de enfrente. Mesmamenteeeeee...

Los enemigos de la libertad están en todas las corrientes políticas, no lo duden, y tampoco olvidemos que las masas hacen cosas que individualmente ni se les ocurriría hacer. Con el cuento del clamor popular...

Yo también creo que, en el Perú, Aldo Mariátegui es un impresentable matonesco, igualito que aquel que todo lo sabe, Phillip Butters.  Que Claudia Cisneros a veces parece estar loca, que Rosa María Palacios siempre trata a sus invitados como si ella fuera su maestrita preescolar, que Jaime Bayly suele ser reiterativo y más concentrado en campañas de demolición antes que periodista o escritor, que Mónica Delta y Nicolás Lúcar son aptos para desmemoriados, que Andrés Bedoya Ugarteche parece un mono con metralleta. De acuerdo. Pero de ninguna manera La Sala de Ensayo va a aceptar que le cierren el kiosko a alguno de ellos, o a otro, a punta de sentencias judiciales o levantamientos populares.   En fin, es mi parecer.

Todos tenemos derecho hasta a ser imbéciles, eso no es delito, lo bueno de la libertad es que cada quien expone lo que es.  Allá cada quien con el resultado de ello.  De justicieros ya tuvimos, los justicieros siempre llevan un dictador dentro. ¡Ay! ¿Difamé a alguien?


Créditos por caricaturas:
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miércoles, 31 de agosto de 2011

Si el cerdo aplaude, peor.

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Me acuerdo de una fábula de cuando niño, no recuerdo su título, en el que un osito preparaba un espectáculo circense con mucho esfuerzo y, luego de presentarlo a los demás animales, recibe la opinión desfavorable del mono, quien era el sabio del grupo. Estaba muy triste por esta crítica pero llega el cerdo y lo alaba por lo que él consideraba el más grande espectáculo jamás visto. Aun más acongojado, el oso comenta lacónicamente: Cuando el mono me criticó, dudé de cuán mala es mi obra, pero ahora que al cerdo le gustó no queda duda: No sirvo para esto.

Moraleja: Si sabio critica, es malo; si el necio aplaude, peor.


Quijote para necios

Hace unos días fui a ver “El Quijote” de La Tarumba, una adaptación circense de la obra de Cervantes. La Tarumba es un circo peruano con muchos años de actividad que cada año presenta obras tanto cultas como entretenidas, un cóctel a veces difícil de lograr. La Tarumba no es un circo clásico de payasadas, golpes y vulgaridades. Tampoco es un desfasado circo que use personas deformes o animales salvajes en cautiverio, tales como elefantes, tigres, leones o focas; en esta última obra solo han hecho uso de caballos, en particular de Caballos de Paso Peruano, una raza que enorgullece a todos los peruanos por su grácil andar.

El respeto por los animales y el rescate de la cultura peruana negra, así como la promoción de la cultura literaria clásica son atributos que ya no sorprenden en La Tarumba. Todo esto sin descuidar la diversión familiar. Les recomiendo mucho los circos de La Tarumba si alguna vez los tienen al alcance.

Una de las empresas en que trabajo organizó una sesión especial de “El Quijote” a la cual fuimos invitados todos los empleados, sin costo alguno para nosotros. Luego, al reintegrarnos al trabajo, hay quienes dicen que la obra fue mala, aburrida y sin nada especial.

Estos comentarios me llevan a la moraleja de la fábula del comienzo: Si el sabio critica, es malo; si el necio aplaude, peor. Sólo que aquí el necio es el que critica, o sea, los de La Tarumba pueden estar felices. Congrats!

Quien gusta de esto no puede
criticar a La Tarumba
 Porque coincidentemente, quienes tildan esta obra de mala son los mismos que les gusta la televisión basura, es decir, casi toda, porque les encanta “Amor, amor, amor”, “Recargados de Risa”, “Magaly TV” y más extensamente Laura Bozzo, “La Oreja” y también la chismografía de TMZ o E!


Esta pobre gente es, en el fondo, víctima de la lumpenización de la educación en su sentido más profundo y extenso, herederos de quienes antes eran embrutecidos a punta de media docena de telenovelas diarias, de las peores, o sea, mexicanas, argentinas y venezolanas. Estas masas han parido vagabundos barristas de futbol y mocosas que lucen el culito en cuanto programete prometa cinco segundos de fama. ¡A que no miento!


Discapacitados por encargo

Si quiere una colección de burradas
visite diarioschicha.blogspot.com
Las dictaduras y los políticos mezquinos, o sea todos, se han asegurado de que la población quede disminuida intelectualmente porque los que piensan y leen son peligrosos, por ello se construye colegios pero no educación, se promueve la libertad en el peor sentido posible, convirtiendo la libertad en pretexto para la contaminación mental de gente que solo piensa en fútbol, teleseries, chabacana comicidad, noticieros sangrientos, entretenimiento procaz y vil. Y, por supuesto, muchedumbres absortas en la vida privada de sus protagonistas televisivos.
De esa forma, el rating y las ventas empujan a las gerencias televisivas al despeñadero, al infierno eterno, a la condenación de ser un país líder continental en cifras macroeconómicas y a la vez con miseria intelectual, moral y ética. ¿Se puede? Sí, se puede: Visite Perú.

¿"Déjalas Ser" o "Déjalas Salir"?
 Decir que Perú es un burdel no sería faltoso con el país sino repetitivo y bastante copión. Y no le quiero pedir perdón por nada al exgenial Pablo Macera. Pero además me quedaría chico porque a mí me gustan algunos burdeles y creo que toda Latinoamérica sería un lugar mejor para vivir si tuvieran el ambiente amable y festivo de esos lugares, libres de hipocresías, pese a que yo voy en plan de jironear más bien que de consumir. Decente no, sin plata nomás.



Un enema mental

Prefiero tomar yogurt.
Ya pues, entonces ¿qué hacemos para solucionar esto, para pasar de la queja a la acción? Ah, de eso mucho se puede decir, pero por lo pronto recomiendo tener la valentía de apagar la tele cuando no haya nada que ver, en serio, o cuando nos asalte la tentación de ver porquerías que no dejan reflexión alguna. Cómprese su DVD o Blue-Ray y compre material a su gusto sin someterse a los vaivenes de esos imbéciles con plata, me refiero a los broadcasters. De la piratería no se preocupe tanto, total, si ellos se roban nuestro tiempo e inteligencia, ¿no es esto legítima defensa? La televisión por cable siempre puede dar un abanico mayor, pero no se confíe.

Otra posibilidad es que aproveche las ventajas de internet para participar de comunidades que compartan sus intereses. Por ejemplo, yo disfruto mucho de “Lima la Única”, una brillante comunidad que promueve la recuperación de lugares históricos y las tradiciones limeñas más encomiables. Ya les hablaré de ellos. Hasta se puede producir material y agregarlo.


De lo que se trata es de romper este maldito cordón umbilical televisivo, las cuerdas del títere, la esclavitud mental, la pasividad. Venza el síndrome de abstinencia.

Cómprese una bici y pasee por ahí hasta que se la roben. Váyase lejos en su auto hasta que también se lo roben. Lea muchas novelas y cuentos hasta que los preste y no se los devuelvan. Juegue con los niños. Toque un instrumento, cante. Asee su casa, limpie el patio, arregle las plantas, aprenda a cocinar y tenga sexo apenas pueda. Duerma.

¡Tú sí sabes, Jorgito!
¿Ve? Siempre hay algo qué hacer que no sea ser educado por la televisión. Si tiene hijos, apártelos de ella y lléveselos a otro mundo, un mundo en el que la izquierda no haga demagogia, en el que la derecha no sea reaccionaria ni discriminatoria, en el que el Estado funcione y no se meta en nuestras vidas, un mundo en el que la familia tenga tiempo para conversar, en el que las religiones no manipulen la credulidad de sus feligreses ni usen a Dios para ser sectarios, en el que la gente no quiera fumar nada legal ni ilegal, en el que los ciudadanos cumplan la ley, sin resentidos sociales, sin periodismo carroñero, sin empresarios mercantilistas, en el que no haya terrorismo ni odios a homosexuales, inmigrantes ni a ninguna minoría.

Si encuentra ese lugar, un lugar sin necios que aplaudan lo peor, por favor avíseme: Yo también quiero ir.

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martes, 2 de agosto de 2011

Llantos y Mariposas Libres

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Escuchando canciones viejas me viene algo de nostalgia. Supongo que a todos nos pasa, por ejemplo, al escuchar canciones de nuestra adolescencia; está sonando “En la playa” de Hombres G de España. Me hace recordar los tiempos en que estaba en cuarto de secundaria en el Maristas Champagnat de Miraflores, en Lima.

En el 86 yo no tenía idea de cómo abordar a una chica pese a ya tener 15 y probablemente eso me lo provocaba en gran parte la parálisis resultante del rechazo de Flor Salazar unos tres años antes, uno de los acontecimientos que más me afectó emocionalmente en mi vida. Un mocoso se toma un rechazo demasiado en serio, especialmente si ya viene sufriendo desde los ocho por ella… cuatro largos años para terminar con un portazo en la cara. Tendrían que pasar unos veintiséis años…  Suena “Paramar” de Los Prisioneros y, efectivamente, recuerdo que yo no sirvo para amar. ¿Y si Flor me hubiera dicho que sí?

Es que a veces la nostalgia nos hace preguntarnos qué habría pasado si las cosas hubieran sido de otro modo, como en “El Efecto Mariposa”, cañonazo cinematográfico que felizmente me recomendó mi hermana Mayra y que nadie debería dejar de ver. Mayra siempre recomienda buenas pelas. ¿Y si no me la hubiera recomendado?


Entre las muchas preguntas de cómo sería todo, ahora estoy atorado en algo completamente distinto que me ha comentado mi esposa Ruth sobre nuestro hijo, Claudio. A él lo afectó mucho el que yo renuncie a los testigos de Jehová, era muy pequeño aun para entender, hace casi seis años. Ruth me ha contado que Claudio algunas veces lloró cuando veía a otros niños como él acompañados por sus padres en la predicación casa por casa, una rutina centenaria y característica de esa religión. Me echaba de menos. ¿Sería mejor si no hubiera renunciado?


De ninguna manera hubo ánimo conflictivo o saboteador en mi decisión de renunciar. Cuando las cuestiones son de sincera conciencia, las decisiones resultantes deben sobreponerse a las consecuencias más dolorosas, como el llanto de un hijo amado. Pucha, saber de su dolor me ha dolido también, su dolor inocente que hoy se ha transformado en resignación. Él ahora tiene trece años pero sé que en el fondo mi retorno lo haría inmensamente feliz. ¿Debería hacerlo o, al menos, considerar esa posibilidad?


“Es tan fácil separarse y destruir todo…”


Dejar de ser testigo de Jehová fue difícil pero creo que lo he soportado bastante bien, no es fácil tragarme el sapo de que todos mis amigos de quince años dejaran de hablarme de un día para el otro, pero me parece que ellos no consideran que quedarme habría sido imposible para mantener un mínimo de coherencia y respeto por ellos mismos y por nuestro dios. Me consideran un traidor, peor que si hubiera sido expulsado por ladrón e infinitamente más reprochable que cualquier persona extraña que les tira la puerta en la cara.

Charles Taze Russell,
fundador contemporáneo de
los testigos de Jehová
Los meses previos a mi renuncia en diciembre de 2005 fueron insoportables para mí porque mi cosmovisión había cambiado completamente luego de un proceso de revisión de algunos puntos que yo consideraba importantes en lo personal. Me atreví a tal revisión al constatar que, con la Biblia en la mano y tantos años de leerla y conocerla, estaba en la capacidad de ejercer responsablemente una independencia de criterio, similar a la que tuvo Charles Russell (fundador de los testigos de Jehová a fines del siglo XIX) en su juventud, aunque en mi caso no existía ánimo alguno de alejarme o fundar un nuevo movimiento religioso. Tan idiota no soy.


La culpa no es tuya, es mía


Yo no seguí a algún extestigo de Jehová o algún crítico de otra religión, siempre quise garantizarme a mí mismo que todo lo que pudiera entender no fuera el resultado de una sumisión ante un líder desconocido, otra vez. De todos modos debo reconocer que sí leí algún material interesante y muy serio, entre lo que destaco a “Reflexiones WT” (reproducido aquí en 15 posts en febrero 2011) y principalmente a “Crisis de Conciencia” del ya fallecido Raymond Franz, exmiembro del Cuerpo Gobernante de los TJ. Más allá de las apreciaciones personales y subjetividades del autor, este último libro tuvo un efecto directo en mí: Desmitificó a la alta dirección de mi religión.

1983, por Ray Franz.
En realidad el punto no era si los dirigentes de los Testigos tenían razón o se equivocaban en tal o cual doctrina, o si la organización tuvo o no un buen desempeño en tal o cual asunto. Eso lo encuentro secundario. El punto central era algo obvio pero imposible de visualizar tan claramente si no se asimila los relatos de Franz: Los dirigentes de los testigos de Jehová son completamente humanos, con errores y cualidades que vemos en cada esquina y que los hace tan falibles como cualquiera que lee o escribe este blog.


Tal vez un TJ diría “pero si siempre hemos sabido que los miembros del Cuerpo Gobernante son humanos imperfectos, ¿cuál es la novedad?”. Es cierto que esa es la declaración formal, pero también es cierto que a ellos se les considera “guiados por espíritu santo”. Esta última expresión debe ser comprendida en toda su dimensión y efecto psicológico. La cotidianeidad de los TJ evidencia que a los miembros Cuerpo Gobernante se les considera superiores en sentido espiritual, más sabios, más aprobados, más conocedores, en resumen, “más” en todo sentido. Una persona que proyecta esa imagen ante los demás virtualmente llega al nivel de infalibilidad, aunque en términos formales no se le atribuya esa condición.

Pues bien, cuando uno entiende lo que realmente significa que esos señores sean tan bienintencionados como falibles, entonces uno se siente en la libertad de ser adulto al analizar la Biblia, no solo porque ellos tienen limitaciones sino porque uno ya no es un ignorante bíblico luego de quince largos años de haber sido un cristiano entusiasta y serio cuando se trataba de tener las Escrituras en las manos, aun sin ostentar puesto alguno. En este nuevo escenario, uno se independiza en el mismo sentido en que se independiza de los padres al ser mayor de edad: Uno analiza y toma decisiones solo, y las opiniones de los padres dejan de ser vinculantes para pasar a ser consejos maduros y amorosos pero independientes. Los padres no se molestarían sino se alegrarían de que sus hijos lleguen a tal grado de independencia responsable.

Por ello, esta revisión no me llevó a la sublevación o a la protesta, lejos de ello, tomé como un asunto íntimo el plantear mis propias objeciones y cuestionamientos. Por supuesto, los TJ no iban a cambiar sus doctrinas en todo el planeta solo porque este flacucho estuviera en desacuerdo en tal o cual cosa, no me creo tanto. Pero tampoco me pasó por la cabeza salir de allí, estaba seguro de que las cosas seguirían tan tranquilas como siempre y que, confiando en mi sinceridad, Dios sabría cómo orientarme mejor.

Libertad a la cubana

Aquí llego al único punto medular por el que me tuve que ir y que a la vez no me deja volver: Sea cual sea mi opinión, y por más respeto y discreción que muestre al expresarla, vez tras vez se me conminó a callar y no comentar mis reflexiones con nadie. Se invocó a la actitud unificadora, es decir, que las diferencias de opinión son divisivas, no enriquecedoras, un concepto largamente anacrónico. Se llegó a afirmar que mis opiniones eran dudas o hasta debilidades espirituales. Eso es una falta de respeto, yo esperaba un trato horizontal, no para persuadir a la gente de cambiar de opinión, sino para expresarme libremente, siendo que los testigos de Jehová fueron una religión perseguida en muchos países y deberían reconocer mejor que nadie el valor de la libertad y el respeto a la diversidad. En resumidas cuentas, entre los TJ sólo hay libertad de expresión para aplaudir, como en Cuba. Se ve feo incluso que opines que el último discurso dominical simplemente no te gustó. Asfixiante. Preferí renunciar antes de convertirme en un amargado.

Tratar de explicar

Estos son puntos que no podía explicar a mi hijo cuando lloraba por mi ausencia. Un niño de apenas siete años no soporta estos temas tan densos y aun ahora que tiene trece es difícil de entender. En realidad es más fácil de entender si somos parte de una minoría civil. Ser indígena en medio de racistas, ser homosexual en medio de homofóbicos, ser mujer en medio de machistas, ser extranjero en medio de xenófobos, ser individuo en medio de masas, ser liberal en medio de conservadores, ser testigo de Jehová en medio de la cristiandad… o paradójicamente ser independiente en medio de testigos de Jehová, y mucho ejemplos más de cómo unos cuantos son arrasados por una mayoría sectaria y abusiva. ¿Eso lo entiende un niño que llora por la ausencia de su padre? Ni siquiera lo entienden muchos adultos.

Claudio ha pasado del llanto a la resignación, ¿qué sigue? ¿comprensión o resentimiento? Ojalá sea lo primero porque en gran parte salí por eso, porque conmigo afuera él tiene a alguien que lo ama tanto dentro como fuera de los testigos de Jehová, he aprendido en carne propia lo que es ser minoría en medio de sectarios (primero cuando me hice TJ y otra vez cuando dejé de serlo), eso y no otra cosa ha hecho de mí un liberal, no el deseo insano de vivir excesos con una venda en los ojos, sino el deseo de ser un individuo libre y positivo en un mundo que necesita propuestas y no griteríos catastrofistas.

El futuro nunca se va

No sé cuál es el futuro de mi hijo pero sé que, pese al dolor que ha sentido, aprenderá el valor de la libertad. He mirado al pasado y en este caso me ha dado pena pero no arrepentimiento, sé que de todas las decisiones posibles tomé la más angustiante para mi familia y, sin embargo, ahora saben que los amo y que no sé vivir sin ellos… y sé que me aman también tal como soy. Si Ruth entiende que en el fondo soy un buen tipo, ¿cómo Claudio no lo va a entender?

Al menos por ahora, no veo razones para volver a ser testigo de Jehová, salvo que extraño a muchos de mis amigos, gente muy noble como Kike y Rafo Mendoza, Antonio e Ivonne Alegría, Teresita y Verónica Zapata, Cristina Suárez, Antonio Quispe, la familia Murguía, Perita Medina, muchos más cuyos rostros me asaltan de vez en cuando, y el inmenso Juan Aguirre. A este último lo llevo en la pepa del alma, a personas como él se les acepta de buena gana hasta las bofetadas. Mientras me dure la vida los recordaré. De otros pocos me he olvidado, pero eso no tiene importancia.

¿Y Jehová y Cristo? Eso lo he conversado con ellos en privado, no creo que les cuente, lo cierto es que sólo me quedé sin religión.

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martes, 21 de junio de 2011

No, no entiendo

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He recibido el siguiente texto publicitario en mi celular:

“¡Felicitaciones! ¡Ganaste 3 días GRATIS los secretos para que tu enamorado (a) nunca se aleje y estén juntos por siempre! Envía ETERNO al 430, luego S/. 0.49 x día”

Hasta ahora no entiendo la algarabía que este mensaje debería provocarme. ¿Se supone que quiero que mi pareja esté a mi lado para siempre? No sé, hay devociones que no entiendo, esa pasión enfermiza de los seres humanos por la eternidad, porque las cosas no se acaben nunca. Sobre todo no lo entiendo en el caso de relaciones de pareja, sabiendo que en la inmensa mayoría de los casos la pasión y el amor se cansan, se desgastan, se marchitan, se olvidan, para finalmente uno no saber cómo chucha se metió en esa trampa.

Por eso no me gustan las tortas.
Yo ya he escrito sobre el matrimonio y huelga decir que no creo en él, soy su detractor, pese a que estoy casado (o tal vez precisamente por eso) y no pienso divorciarme. Pero es que no es una cuestión personal, yo no voy a proponerles cosas simplemente en base a mis éxitos o fracasos personales. Mi pretensión es tratar de desmitificar las cosas, que nadie se imagine que será feliz así o asá.

La felicidad, el amor, la eternidad, son cosas bastante esotéricas, como creer en milagros, dioses y salvaciones. Con esto no quiero decir que no exista nada de eso, yo me he dejado llevar a veces por esas cositas y me he sentido muy bien. Pero tarde o temprano nos damos cuenta de que son apoyos mentales para hacer esta vida llevadera.

¡¡¡Ayyyyyyyyyyyy mi amor!!!
Este raro e histórico deseo de amor eterno ha hecho que algunos se casen haciendo promesas imposibles ante Dios y cuanto santo pueda pegotear el asunto. Otros acuden a brujos, chamanes, charlatanes y todo lo que el Occidente tradicional desprecia. Los más racionales y modernos van al psicólogo para que haga lo imposible, el milagrero disfrazado de científico. Aunque no lo parezca, yo respeto por igual a estos tres grupos de ilusos empedernidos, total, cada quien ve cómo gasta su plata.

Pero no puedo sentir eso que ellos sienten, simplemente no puedo, aunque admito –no sé si con orgullo- que yo también sentí eso ¡y más! en el pasado. Amé como jamás lo hice a Flor Salazar, la amé de manera irrepetible y aun me conmuevo al recordarlo; he amado a Ruth hasta el extremo de casarme con ella a menos de un año de iniciar mi relación con ella… ¡y sin estar embarazada! Lo paradójico es que después de dieciséis años quiero seguir casado con Ruth, o sea, no me entiendo ni a mí mismo, sufrí emocionalmente lo indecible cuando me separé de ella el 2010. ¿Alguien dijo miedo, amor, orgullo? Lo cierto es que no sé vivir sin Ruth y Claudio juntos.

Yo puedo ser un tipo contradictorio pero jamás (tan) falso. He hecho todo lo humanamente posible para ser feliz y hacer felices a los demás, especialmente a mi hijo y su madre, amándolos lo mejor que puedo pero sin respetarlos como debiera. Es que entiendo mejor el desamor que el amor, entiendo mejor el escepticismo que la convicción absoluta, entiendo mejor al crítico que al conforme. Ojo, los entiendo, no necesariamente los comparto, de lo contrario, no sería tan desamorado, escéptico ni crítico realmente.

Tal vez me dejaría entender mejor si, por ejemplo, les hablara de militarismo, de fútbol o de política. Ahí sí, casi todos somos ateos.

Asì es el fùtbol
Por ejemplo, nadie se explica que aquí en Perú haya tanta afición por un deporte que sólo nos da vergüenza tras vergüenza, sí, el fútbol, un deporte que –pese a sus grandes e innumerables fracasos y humillaciones- tiene el nefasto privilegio de que le construyan un estadio digno del primer mundo futbolístico y todos lo aplaudan, un estadio digno de países que realmente tienen algo de qué enorgullecerse en ese sentido. Además el fútbol tiene una cobertura periodística que sólo se explica porque hay gente ávida de consumir esa droga legal llamada fútbol peruano, una droga embrutecedora y adictiva como ninguna de las ilegales. O sea que los periodistas futbolísticos tienen, para mí, un parentesco ético y moral con los narcotraficantes y tabacaleros.

Los demás deportes peruanos tienen que ser campeones del mundo si quieren cuatro líneas en un diario de medio sol (US$ 0.18) y tienen que ser campeones olímpicos si desean quince segundos en cualquier programa televisivo o radial. Pero si además desean tener un lugar decente en el cual entrenarse deberán contar con chicas realmente deliciosas desde el punto de vista carnal, de otro modo, seguirán entrenando como leprosos precristianos. Como evidencia, pueden preguntarse qué mira la patriótica afición masculina cuando transmiten vóley. Yo miro eso y más. Otra posibilidad es que los varones de otros deportes se levanten un buen lomo televisivo, por ejemplo, actrices de teleseries populares. De otro modo, ni sueñen.

Esas son las devociones inexplicables, son nuestro amor, fe y esperanza en cosas no sólo intangibles sino irracionales.


RMP buscando fe
 Fue curioso ver la noche del último lunes a la racionalísima comentarista Rosa María Palacios tratar con sorna a quienes creen en ovnis siendo ella devota católica hasta el tuétano, cosa que, por supuesto, yo no critico ni me burlo (aunque a veces cedo a las ganas), pero muestra que probablemente todo se reduce al desprecio por lo ajeno. Si hay quienes rezan el rosario, hacen ayunos, dan diezmos, creen en vírgenes, etc., ¿por qué no puede haber quienes crean que puede haber vida en otros planetas o que la izquierda es capaz de hacer un buen gobierno?
En fin, no quiero ahondar tanto en las irracionalidades humanas hasta el punto de ya no saber de qué hablo ni adónde quiero llegar con este post.

Por favor, si alguien tiene amor, esperanza o fe en algo o alguien, que lo disfrute y responda a la publicidad del inicio. Pero tenga la bondad de admitir que, pensándolo bien, esas cosas no se piensan. Esto tal vez deba llevarnos a la conclusión más alarmante: El ser humano no se caracteriza por su racionalidad sino justamente por lo contrario. Pucha, quiero ser una ameba ¿o ya lo soy?

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