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Confiando en que los lectores han tenido la amabilidad de leer pacientemente el más de medio centenar de textos bíblicos anotados en el segundo post*, paso a comentar mis consideraciones e impresiones emanadas de la lectura mencionada. Evitaré detenerme en algún texto en particular porque si así fuera este post sería interminable. Ah, les recomiendo leer este post con una Biblia a la mano, las referencia y citas bíblicas serán muy frecuentes.
JUDAS MODERNOS
Aunque
en la historia de la humanidad Judas Iscariote es visto como un personaje
oscuro y muy ajeno a lo que todos quisiéramos ser, en realidad él puede tener una
parte muy activa en cada uno de nosotros hoy mismo. No es que me esté
refiriendo a que todos seamos traidores de un modo u otro, no es esa la clase
de reflexión comparativa que deseo hacer.
¿Nos estamos engañando como Judas? |
Me
estoy refiriendo a que Judas interpretó equivocadamente a Jesús de Nazaret. Él,
como la gran mayoría del pueblo judío, creyó que el Mesías aparecería de un
modo muy similar a Moisés: Un líder tanto religioso como político, que les
diera orientación espiritual pero también los guiara a una liberación del
dominio del conquistador hereje, otrora Egipto, ahora Roma. Por eso en
principio Jesucristo cayó muy bien al oprimido pueblo ansioso de liberación,
pero ya los líderes religiosos de su tiempo, los fariseos, preferían cuidar de
sus puestos privilegiados otorgados o permitidos por los romanos, antes que
entender y apoyar al hijo de Dios.
Judas,
por lo tanto, aceptó gustosamente seguir al Mesías y se entregó a su obra
espiritual (Mateo 10:2-4), creyendo que pronto se convertiría en un líder
además político para liberarles del yugo romano. Cuando cayó en la cuenta de
que esto no ocurriría afloraron sus peores miserias. Pasó de ser un zelote
revolucionario a ser un vulgar mercenario al servicio del poder (Mateo
26:14-16, 48-50). Nunca logró una verdadera conversión espiritual en su corazón
debido a dicha expectativa equivocada, nunca la logró, ni al inicio ni al final
de su experiencia con Jesús (Mateo 26:23-25).
Hoy,
a la generalidad de la gente le está ocurriendo algo similar a Judas Iscariote,
pero en relación a la Biblia, ya no a Jesucristo: Se está pretendiendo que la
Biblia, como “palabra de Dios”, sea tan perfecta y atemporal que defienda hoy
los derechos civiles pese a que fue escrita hace miles de años.
¿Es realmente la Biblia la que promueve esto hoy? |
Por
ello solemos ver dos posiciones muy contrapuestas: La de los cristianos
conservadores, quienes -evocando el trato bíblico a las mujeres- niegan a ellas
roles similares a los del varón (no solo en la vida religiosa sino también en
la familiar, profesional, política, etc.) aunque esta supremacía masculina deba
ejercerse con amor y respeto (Por ejemplo, vea 1 Pedro 3:7).
Mientras, las feministas y otros radicales exigen denunciar las escrituras bíblicas por considerarlas fuente histórica de humillación y menoscabo de la dignidad de la mujer. Ambas posiciones, aun siendo tan contrapuestas, son completamente sinceras y solo pretenden el bienestar de todos.
Una
tercera posición, un tanto confundida, pretende tanto reconocer la inspiración
divina de la Biblia como también la igualdad plena de mujeres y hombres. Lo
malo es que estas personas solo están tratando de quedar bien con todos y no
logran conciliar racional y objetivamente ambas doctrinas. Intuitivamente
quieren sentirse buenos cristianos otorgando a la mujer lo que amorosamente
entienden como sus derechos adquiridos en nuestra modernidad. Pero en el fondo
estos cristianos liberales sienten que la Biblia no abona en favor de dicha
posición.
Una cosa es que la Biblia sea la "verdad" espiritual, otra es pretender que sea un texto social sabelotodo. |
Quienes
han leído la Biblia con cierta profundidad, ya sea como investigadores o
creyentes, reconocen que ella no ha sido promotora de cambios sociales. En esa
perspectiva, algunas personas creen que la Biblia, si realmente dice “la
verdad”, debería defender el derecho a la justicia de la mujer, de los pobres,
de los obreros, de los homosexuales, de los esclavos, etc. En esto están
pareciéndose a Judas porque, como en el caso de Jesús, se le pretende
condicionar a que muestre una posición política o social en temas de
actualidad.
Pero
esto no es así, nos guste o no. La Biblia no pretende ser un texto de
actualidad social, tal como Jesucristo tampoco podía complacer las expectativas
políticas de Judas y de gran parte de los judíos de su tiempo. En consecuencia,
esos antiguos defraudados traicionaron y mataron al hijo de Dios, tal como hoy
los defraudados modernos ridiculizan la Biblia y vez tras vez buscan toda clase
de aparentes inconsistencias, contradicciones y fallas en ella. Se le pide a la
Biblia algo que no pretende y, al no cumplirse tal exigencia, se la quiere
destruir como si no valiese para nada.
Por
otra parte, si la Biblia no apoya ni pretende cambios sociales, ¿se opone a
ellos? Para saberlo, primero es importante saber cuál es el tema o propósito
central de dicho libro, de modo que, respetando ese objetivo básico, podamos
conocer el margen de libertad para realizar o no un cambio social, en este caso
la igualdad de la mujer.
EL
TEMA DE LA BIBLIA
¿Cuál es el tema de la Biblia? En lo que
todos los conocedores de la Biblia concuerdan, es que tiene un mensaje
estrictamente espiritual o, como dicen los católicos, pastoral. ¿Cuál es dicho
mensaje espiritual?
Algunos
dicen que el tema principal de la Biblia es el Reino de Dios, es decir, el
restablecimiento del dominio divino sobre nuestro mundo (Daniel 2:44),
expresado, por ejemplo, en el llamado Padrenuestro cuando reza “Venga a
nosotros tu reino y hágase tu voluntad” (Mateo 6:9-13). Por eso Jesús, ante la
acusación de los fariseos de creerse rey político, respondió a Poncio Pilatos:
“Mi reino no es parte de este mundo”, tratando de decir que es tal reino o
gobierno es espiritual, no político (Juan 18:33-36).
Otros
dicen que el tema de la Biblia es la redención de la humanidad, esto es,
liberarla de la esclavitud al pecado y la muerte en las que cayó tras la
desobediencia inicial de Adán y Eva (Mateo 20:28, 1 Timoteo 2:5-6, Romanos 5:12,
Colosense 1:13).
Otros
más sintetizan que se trata de la reconciliación afectiva de cada individuo con
Dios en una relación sentimental similar a la de un hijo con su padre (Lucas
11:42, Juan 13:35, Juan 15:9-17, Juan 17:26, Romanos 5:5,8, Romanos 8:35-39,
Romanos 13:10, 1 Corintios 13:1-13, Gálatas 5:6, Efesios 1:4, 2:4-5, 2
Tesalonicenses 3:5).
Como
podrá notarse, todas estas posiciones (y otras más) más o menos van en el mismo
sentido, dando algunas más énfasis en la autoridad divina, otras en la
condición pecaminosa del ser humano, otras en la parte afectiva de la relación
espiritual, etc. (2 Corintios 5:14-15) Todas los demás temas, historias y
personajes bíblicos, de Génesis a Apocalipsis, giran en torno a este asunto.
En
cualquier caso, resulta evidente por todos los textos citados que el mensaje
bíblico es estrictamente espiritual. De ninguna manera puede esperarse y, por
lo tanto, exigirse, que la Biblia tenga un mensaje político o social. Hay
quienes han insistido en interpretar que ese mensaje espiritual está
inevitablemente unido a cambios sociales, por ejemplo en la Teología de la
Liberación, pero esta teoría teológica es casi completamente extrabíblica, con
todo lo bienintencionada que es. En este post, sin embargo, solo nos
estamos ocupando de lo que estrictamente emana de la Biblia (2 Timoteo 3:16).
EL
CONTEXTO HISTÓRICO
Otra
vez, manteniendo el mensaje principal de la Biblia, debemos ahora atender lo
siguiente: ¿Cuán permanente o inamovible son todas las declaraciones bíblicas
específicas respecto a otros temas anexos?
La
Biblia es un compendio de escritos realizados por varios autores materiales.
Las primeras escrituras, en consecuencia, terminaron de ser compendiadas por el
patriarca judío Moisés aproximadamente en el año 1513 AC y terminó de escribirse cerca del año 96 de nuestra era, es decir,
demoró más de mil seiscientos años en redactarse totalmente.
Adicionalmente, su periodo de narración va desde el mismo inicio de la historia
humana hace más de seis mil años hasta el futuro indefinido. Aun antes de eso
describe simbólica y brevemente cómo ocurrió la formación material del
universo.
A
lo que voy es que es un libro que debe leerse teniendo en cuenta que han pasado
casi dos mil años desde que terminó de escribirse su última parte, el
Apocalipsis, por lo cual el contexto histórico y cultural tiene una enorme
influencia en él. Hay quienes alegan que tal influencia cultural es muy
relativa y superficial debido a que, siendo “inspirado”, todos sus elementos
deberían tomarse como referentes perfectamente aplicables en nuestro tiempo.
Aquí
reside el meollo del asunto: ¿Realmente TODOS sus elementos deberían tomarse
como referentes perfectamente aplicables en TODO tiempo, aun HOY, dos mil años
después de terminar de escribirse? ¿Qué libro o pensamiento tan milenario puede
aplicarse en TODOS sus extremos con precisión milimétrica, para supuestamente
respetar la voluntad de Dios que allí se lee?
Adaptándose a los tiempos modernos. |
Si
leemos otra vez los textos del segundo post, podrán notar que, sin caer en
contradicciones, hay una evidente evolución en la lectura. Por ejemplo, en el
Antiguo Testamento a los varones casados se les llama “dueños” en relación a
sus esposas. Sin embargo, esta expresión no vuelve a utilizarse en el Nuevo
Testamento, sino que, en un tratamiento perfectamente horizontal, se les llama
esposos y esposas. Esta evolución no debería sorprendernos porque estamos
hablando de muchas centurias de diferencia entre un grupo de escritos y otro.
Por
supuesto, esta evolución se detiene allí porque la Biblia no ha seguido
escribiéndose. No obstante, esto de ninguna manera desvirtúa o contradice el
mensaje original de la Biblia respecto a que cada individuo de la humanidad
debería volverse a Dios y sujetarse a él en una relación de amor directa.
Es
clarísimo que, aun así, el contexto histórico de los cristianos del primer
siglo es también patriarcal, es decir, los varones tienen autoridad sobre la
mujer, jamás al revés, en ningún ámbito. Esto queda fácilmente demostrado en
algunas de las cartas escritas por el apóstol Pablo, por ejemplo, la primera
que escribió a Timoteo, en donde prohíbe que las mujeres enseñen o “hablen” en
las reuniones, afirmando además que la salvación de ellas depende del tener
hijos y ser sumisas (1 Timoteo 2:11-15). Este debe ser uno de los textos más
irritantes para los feministas, mientras los conservadores cristianos hacen
toda clase de piruetas argumentales para disimular el impacto negativo de esas
palabras en nuestra cultura moderna.
¿PROMUEVE
CAMBIOS SOCIALES, O LOS PROHÍBE?
Un
nítido ejemplo de que la Biblia no promueve cambios sociales es el referente a
la esclavitud. En su breve carta al cristiano Filemón, el apóstol Pablo aboga
en favor de otro cristiano, llamado Onésimo. Onésimo era esclavo de Filemón y había
escapado cuando el esclavo aún no se convertía al Cristianismo. Luego, durante
su escapatoria, conoció a Pablo y se hizo cristiano. Pablo estaba en prisión
como perseguido religioso y Onésimo lo visitaba para servirle como apoyo en
todas sus necesidades personales.
El Cristianismo no se opuso a la esclavitud, por el contrario, hasta la facilitó. |
Sin
embargo, Pablo entendió que Onésimo era esclavo, y además ajeno, de modo que
corrigió tal situación anormal. ¿Cómo lo hizo? Devolvió Onésimo a Filemón junto
con la carta que hoy lleva el nombre del dueño del esclavo. En ningún momento
le pide o exige liberación para Onésimo, solo le pide que lo trate “como
hermano”, es decir, con consideración y respeto especiales.
Aunque
todo este relato está en el Nuevo Testamento de la Biblia, hoy este manejo de
la situación sería completamente aberrante, repulsivo. Hoy es inconcebible que
un cristiano no se manifieste en contra de la esclavitud como no lo hizo Pablo,
más aún, sería blanco de justificados ataques el cristiano que tuviera esclavos
en su propiedad tal como tenía Filemón.
Sin
embargo, otra vez, tenemos que leer la Biblia en su contexto histórico y
cultural. ¿Es incoherente esta lectura contextual con que la Biblia sea la eterna y siempre
vigente “palabra de Dios”? No. ¿Por qué? Porque la Biblia no promueve cambios
sociales al ser un libro de objetivos espirituales, adaptado al contexto
cultural en que fue escrita. No le pidamos a la Biblia algo que
no pretende.
Estamos en un nuevo contexto cultural. |
Sin
embargo, la Biblia tampoco prohíbe los cambios sociales en vista de un nuevo
contexto histórico o cultural. Aunque encontramos frecuentes exhortaciones a
los cristianos que son esclavos para que sean pacíficos, obedientes y sumisos a
sus amos, en ninguna parte de la escritura encontramos que se prohíba la
abolición de la esclavitud. Por lo tanto, la Biblia es neutral en asuntos
políticos o sociales. Solo promueve la paz espiritual en cualquier contexto
histórico, social, cultural, o de cualquier índole.
Consecuentemente,
la Biblia en su mensaje central no queda disminuida veinte siglos después,
cuando el papel de la mujer ha cambiado dramáticamente. La cultura o costumbre
del occidente moderno ve a las mujeres completamente iguales al hombre y les
otorga tal libertad. ¿Cómo dicha costumbre o cultura de igualdad de la mujer
podría menoscabar el mensaje divino de reconciliación de la humanidad con Dios
a través de su Reino? ¿Una mujer piadosa, pacífica, honesta, no puede hoy en
día enseñar a un grupo de cristianos que buscan ayuda para amar a Dios más
plenamente? ¿Es eso razonable en el contexto actual? ¿Realmente contradice el
mensaje esencial de la Biblia?
Sí, cristianas en pantalones. |
EVOLUCIONANDO
Así
como hemos demostrado más arriba que hay una evolución del Antiguo al Nuevo
Testamento, así también vemos que hay una evolución en muchas iglesias modernas
en cuanto al papel y libertad individuales de la mujer. En efecto, hoy en día
las mujeres cristianas pueden usar pantalones libremente, sean formales o
jeans, pese a que el pantalón fue creado hace siglos como prenda masculina y la
Biblia prohíbe que un género use prendas del otro (Deuteronomio 22:5). Es bien conocida la
oposición de cristianos conservadores cuando se introdujo esta prenda de vestir
durante el siglo XX, sin embargo, hoy les parece perfectamente normal a las
nuevas generaciones de ellos.
Hoy
las mujeres ejercen su derecho a votar, y pueden hacerlo aun en contra de la
posición política de su esposo, pese a que la Biblia indica que tienen que ser
sumisas y jamás se las ve en semejante papel en la Biblia. Muchos cristianos
conservadores se opusieron a este derecho femenino durante el siglo XX, sin
embargo, hoy también les parece perfectamente normal a las nuevas generaciones
de ellos.
Moderna cristiana trabajadora fuera de casa. |
Como
si fuera poco, muchísimas fieles mujeres cristianas (casadas y solteras)
trabajan fuera de su hogar sin que a nadie le parezca una aberración a su rol
femenino, pese a que la Biblia indica que ellas deben ser cuidadoras del hogar
y los niños si fueran casadas, o ponerse al servicio de la predicación si
fueran solteras (1 Corintios 7:32-35, Tito 2:3-5).
Más
en contexto religioso, las mujeres cristianas de hoy acuden a sus cultos y
servicios religiosos con la cabeza descubierta pese a que antes, y también en
la Biblia, se ordena que ellas lleven la cabeza cubierta en tales actividades,
especialmente si cumplían
un rol normalmente asignado al varón (1 Corintios
11:2-10). Más aun, muchas mujeres piadosas usan el cabello corto a pesar de que
la Biblia dice explícitamente que esto es una humillación para ellas. Hasta
inicios del siglo XX todavía la generalidad de cristianas cumplían el mandato
de cubrirse la cabeza y de no cortarse el cabello.
De cabello corto, pantalones jeans e independiente. ¿Acaso no son así muchas fieles cristianas? |
Ninguno
de los cambios modernos mencionados ha hecho de tales mujeres unas profanas,
unas rebeldes o unas mundanas. ¿Por qué? Porque la calidad de una persona no se
explica por su apariencia exterior, ni por su género, ni por el papel que
cumpla en función a ello, sino por su corazón sincero y amoroso.
REFLEXIÓN
FINAL: LIBERTAD Y PAZ
Terminaré
aclarando que con esto no estoy estableciendo que todas las iglesias DEBERÍAN
internamente dar dicha igualdad. Solo estoy diciendo que NO hay verdadera base
bíblica para IMPEDIR a las mujeres lograr la igualdad de roles, por ejemplo, ser sacerdotisas, pastoras o ancianas, sin distinción
de género, siempre que estos roles se desarrollen de acuerdo al orden
establecido en cada iglesia, organización o comunidad. Como bien dice Pablo,
“que todas las cosas se hagan en orden y por arreglo” (1 Corintios 14:40).
Sea que decidan dar o no tal igualdad en su comunidad, la decisión final debería ser fuente de felicidad y paz, no de amargura o murmuraciones, entre todos sus miembros.
Sea que decidan dar o no tal igualdad en su comunidad, la decisión final debería ser fuente de felicidad y paz, no de amargura o murmuraciones, entre todos sus miembros.
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