jueves, 1 de marzo de 2012

Así se mejora la raza


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Este post es directa recomendación de un buen amigo, Wilfredo Ardito, quien siempre nos motiva con sus “Reflexiones Peruanas”, en donde aborda temas relacionados a actualidad social peruana. Les recomiendo leerlo siempre.

Bueno, Wilfredo comentaba el reciente incidente entre una pareja de esposos y un menor de trece años mientras veían una película en un cine limeño (ver su comentario aquí). Para los peruanos es un tema ya muy conocido, pero si por casualidad esto lo lee alguien fuera de Perú, les cuento que este muchacho junto con sus amigos hacía bulla y alboroto en el cine y no permitía a los demás asistentes ver la película en paz.  Lejos de moderarse cuando la pareja (Miriam Gómez y Michel Morales) le llamó la atención, este imberbe no sólo no se moderó sino que insultó a quienes lo corregían, pero además lo hizo con insultos racistas al llamarlos “serranos de mierda”.  Para añadir más polémica, este mocoso racista llamado Joaquín resulta ser hijo de un par de pequeñas celebridades de la farándula peruana, una actriz y conductora de televisión familiar llamada Celine Aguirre y de Miki González, un cantautor español radicado en Perú desde hace muchas décadas y quien se dedica, paradójicamente, a hacer música de fusión y rescate de la cultura andina y negra peruanas.

Lejos de avergonzarse por tener un hijo racista, esta parejita farandulera defiende el bofe de su vástago (ojo, vástago no es lo mismo que bastardo, aunque en este caso algunos creen que es lo mismo). Ellos, los famositos, fueron los que precisamente denunciaron mediáticamente este tema, y ellos mismos quienes han entablado querella contra la pareja que solo quería ver una pela en paz. Según palabras de Celine Aguirre, el comportamiento e insultos de su hijo son una simple “palomillada” o travesura. Un poco perruna la explicación.

La pareja cinéfila del conflicto, por su parte, ha reconocido rápida y públicamente que fue un exceso abofetear al mocoso, pero explican que fue una reacción irracional al sentir vulnerada no sólo su tranquilidad sino su honra misma. O sea, que un chibolo lo cojudea a uno y encima lo cholea y manda a la mierda: Uno no es Gandhi ni Jesucristo pues.

La ley en el Perú no criminaliza la injuria racista pero sí la agresión física, especialmente si es a menores. O sea que desde un punto de vista legal, esta pareja está en problemas pero el idiotita se la lleva fácil y sus ineptos padres también.  Hay una ley contra la injuria racista aprobada por el Congreso anterior pero fue observada por ¡Alan García! Y adivinen cuándo la observó: El último día de su mandato, en julio de 2011.

Por su parte, la población apoya a Miriam y Michel contra este hijito de famosos. La mayoría de la gente no ha cuestionado la reacción porque la considera justa, más bien, seguramente Celine Aguirre nunca más podrá dar consejos televisivos sobre educación de los hijos y difícilmente Miki González podrá hablar de unión racial con semejante mequetrefe que le salió de los cojones.

Romperle la cara al chibolo, o incluso a Miki González, no debe ser difícil, materialmente hablando. Pero es muy difícil soportar a un bullero que no se calla y suelta un “serrano de mierda”, a ti y a tu esposa, y darse media vuelta, sabiendo que no hay leyes efectivas contra la injuria, especialmente si es racista o discriminatoria. La gente tiene un límite.


¿Quién es el responsable?

Le decía a Wilfredo que cuando el Estado está ausente, cunde la justicia por mano propia.  Por ello es necesario que dicha ley contra la injuria racista no sólo se apruebe. No podemos caer una vez más en una ley que sólo es papel pintado. Alguien tiene que hacerse responsable de hacerla cumplir rápida y efectivamente cuando una víctima denuncie una agresión de esta clase. A la víctima le debe quedar claro a dónde ir para encontrar justicia, de esa forma no solo se castiga al agresor sino que se previene la reacción violenta, la cual también debe ser reprimida.

Sirve como ejemplo el caso ocurrido en 2011 en el metro de Londres, en el cual una mujer inglesa recrimina al resto de pasajeros porque en su mayoría son inmigrantes, lo cual resultaba obvio porque en su mayoría no son blancos.  Esta mujer luego fue procesada precisamente por injuria racista y xenófoba. Sólo cuando el Estado reacciona eficazmente las víctimas saben que mantener la calma es el camino más sabio. Una reacción violenta sólo hubiera desvirtuado su posición y hubiera justificado las recriminaciones de dicha mujer. Vean el video:



Felizmente hubo quien grabó lo ocurrido, gracias a ello la mujer fue detenida y procesada judicialmente por sus actos. Pero aun sin el video, lo importante es que el Estado inglés actúa rápida y eficazmente contra los racistas, buscando testimonios y cruzando otras fuentes de información. Esto no ocurre en Perú y gran parte de Latinoamérica, por lo cual la gente no se quiere quedar con la bronca y responde con violencia.


¿Qué hacemos nosotros al respecto?

Con todo, aparte de la responsabilidad del Estado, debemos insistir en algunas preguntas de reflexión muy simples pero que escarban lo más profundo de nuestros complejos individuales, tales como:

  • ¿Por qué nos pintamos el cabello de colores más claros? (El pretexto más frecuente de las chicas que hacen esto es que el color oscuro “endurece la expresión del rostro”. Será porque las pone contentas el rubio.)
  • ¿Por qué creemos que los ojos claros son más bellos que los oscuros?
  • ¿Por qué los bebés blancos son más hermosos que los demás?
  • ¿Por qué nos molesta que algunos digan “jugastes” (o “jugates”) o “trabajastes” (o “trabajates”) pero nos encanta que los argentinos digan “andá”, “vení” o “jugá”?
  • ¿Nos tomamos en serio la opinión de un subordinado o de las empleadas domésticas en temas como economía o política?
  • ¿Sentimos lástima por los discapacitados? ¿Entendemos que dicha lástima es un sentimiento se superioridad nuestra y humillante para ellos?
  • ¿Nos tomamos en serio una opinión cuando quien la expresa tiene acento serrano o nativo?



Ahora que menciono esto me viene a la memoria una prueba hecha en México sobre el racismo en ese país, que en realidad ya había sido hecha muchos años antes en Estados Unidos. El resultado es lamentable:



Aunque suene llorón y sentimentalista, les diré que casi lloré al preguntarme si mi propio hijo fuera uno de esos niños. Me sentiría un fracasado como padre, algo que, por supuesto, no se les pasa por la cabeza a Miki González y Celine Aguirre.

Halle Berry, mi debilidad.
No por antirracista sino porque realmente me gusta, siempre recomiendo a mis amigas que mantengan el color oscuro de su cabello. El negro del cabello latino tiene un gran atractivo, de hecho, este caballero las prefiere latinas. Acompaño pruebas.

Aquí entre nos, y sin ánimo de ser superficial ni de ser antiblanco, creo que sería muy bueno que la población elija al descendiente nativo y afro más bello, varones y mujeres.  De esa forma podríamos ir quitando la idea de que sólo los blancos pueden ser atractivos.  A veces he ensayado esto en conversación con amigos y es un buen ejercicio para que la gente se saque de la cabeza el estereotipo de los blancos hermosos. Eso sí, algunos me han dicho que es IMPOSIBLE encontrar una chica realmente bella que se apellide nativamente Quispe o Mamani y hasta me han retado a que la encuentre. Bueno pues, tal vez yo conozco poquísimas personas con dichos apellidos, pero un concurso podría dar fácilmente con ellas, al estilo de “Miss Tusán” (organizado por la comunidad china en nuestro país).

Chola Power,
no es de fantasía.
Este ejercicio de rescate de la belleza física puede también trasladarse a una premiación de la población de ascendencia nativa y/o negra más destacada a nivel profesional, intelectual, artístico, social, político y deportivo. Pero estas premiaciones suelen darlas estas mismas comunidades, de modo que los propios discriminados deben organizarse en comunidades civiles fuertes que destaquen lo mejor de ellos.

Por supuesto, todo lo dicho puede aplicarse también a otros discriminados como homosexuales o discapacitados, pero lo que nos queda claro es que tenemos que aprender a convivir y a disfrutar de nuestra diversidad, y que ante una agresión debemos encontrar en el Estado a la fuente de resolución de dicha situación.

Allí el problema lo encontramos donde siempre: El Estado no está donde debe estar, y más bien se mete en lo que no debe. Es que el pescado se pudre primero por la cabeza.

3 comentarios:

  1. Por un momento pensé que ibas a mencionar la última patinada de Piñera :P He conocido a harto "choleador", y cuántas veces no me han choleado a mí también, jajajajaja... Digo yo, no se ponen a pensar que somos un país con una mezcla de razas alucinantes? En fin. Por ahí conocí a una tipa que se afanaba dizque insultándome al decirme chola. Como si ella no lo fuera. El color más claro de la piel definitivamente no te hace ser mejor persona, sino, miremos al hijito de los mentados en tu post. Una pena por Miki. Pensé que era consecuente.

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  2. Ser honestos, tenemos que hacer un gran esfuerzo conciente y empezar frente al espejo, para encontrar nuestra propia belleza mestiza, libre de referentes europeos que atacan desde el subconciente enfermo producto de una deformación en nuestra educación.
    Quizas después de algunas generaciones, con la espada de la educación y el socorro de la autoterapia, logremos neutralizar en su mayor parte el tipo de racismo que esta enquistado en nuestra sociedad.

    Soy partidario de la posibilidad de la mayor revolución que se pueda gestar en nuestra sociedad peruana contemporanea, tenemos que unir fuerzas y salir a los medios y a las calles. Ronald es un precursor de ésta con su blog. Esta revolución no derramaría una gota de sangre, pero eventualmente podría derribar a los peores enemigos de nuestra sociedad...

    Lucho Roncalla

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  3. muy buen post , ehhhh es el que mas me ah gustado hemos visto los vídeos con los chicos del trabajo ;), bastante indignados todos con el ultimo video sobre el racismo en Mexico

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