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Este mensaje es más
empalagoso, cursi y torpe que una canción del infame Arjona, resulté copiado
porque es un grupo de colegas, profesores en Idat. Admitámoslo, hoy sobran los
mensajes de Arjonas, de chamulleros de un día al año, poetas hippies
lisonjeando choclonas.
Lean esto por favor:
”Quiero aprovechar
este medio y la oportunidad para enviar un saludo muy afectuoso a todas mis
colegas mujeres y personal administrativo […] en este día tan especial en que
tenemos el privilegio de celebrar y compartir con ellas el Día Internacional
de la Mujer, y por este regocijo, quisiera brindarles algunas
palabras con emoción...
”Una vez me preguntaron qué es
una mujer... una pregunta tan fácil y tan compleja para responder que me tomaría
una eternidad poder hacerlo fue la respuesta que pude ensayar. Sin embargo,
pude ensayar algunas palabras de la infinidad que existen que pudieran
describir qué es y quién es una mujer.
”La belleza de una mujer no
está en la ropa que lleva, ni en su figura o en la forma en que se peina. Si en algún momento quieres descubrirla, tendrás que
mirarla a los ojos, porque a través de ellos descubrirás su corazón que es
donde reside la esencia y la nobleza de su alma.
”Ellas sonríen cuando quieren gritar, cantan cuando quieren llorar, lloran cuando están contentas y ríen cuando están nerviosas. Pero al mismo tiempo que tienen toda esa fortaleza interior, son capaces de esperar impacientes una llamada de teléfono del esposo, la pareja o de sus hijos, sólo para oír sus voces y saber que llegaron con bien a su destino.
Las mujeres tienen mucho qué decir y mucho para dar (de los cuales los hombres tendríamos que aprender). El corazón de las mujeres hace girar el mundo y el mundo gira en torno a ella. Y a cambio, todo lo que ellas esperan es un sincero abrazo, un tierno beso o una sensible caricia.
Pero por sobre todo... ellas no aceptan un "no" como respuesta cuando están convencidas de que hay una solución para cualquier problema... y lo mas sublime del mundo... saben perdonar.
FELIZ DIA DE LA MUJER”
Confío en que los
lectores de La Sala de Ensayo entenderán a qué voy, o más o menos. No es que yo
quiera hacer quedar mal a este colega, quien, después de todo, tal vez sea
apenas uno más de los muchos hombres y mujeres que creen que esta es una fecha
para el discurso rebuscado y pomposo, para el regalo previsible pero efectivo,
para el peluche alérgico por barato y serial.
¿Estoy en contra de
las mujeres, acaso? No, aunque casi me dieron ganas de fundar una religión
misógina y criminal para combatir esta clase de comunicaciones viles y
contaminantes. Más bien, felicito a las
mujeres por su día, pero no para lanzarles flores de cursilería sino para
animarlas a ser cada vez más plenas en sus derechos civiles, de eso se trata
este día, queridos fans de Arjona.
Precisamente se trata de olvidarnos del este
burdo sexismo en nuestro trato cotidiano. En el futuro no tiene por qué haber día
de la mujer ni día del hombre. Ese futuro llegará cuando realmente seamos
iguales. Para eso se creó el día de la Mujer, no para repartir regalitos ni
saludos en cadena o postear bombones en Facebook.
La hipocresía machista me pone de mal humor,
con lo lindo que está el sol en estos días.
Miren, para que vean
que no miento, esta es la gloriosa historia del 8 de marzo:
Ay, justo ahora
ponen la de Arjona, esa cosa adulona y falsa titulada “Mujeres”, y me pongo
verde, me dan mareos, me salen ronchas y se me afloja el estómago…
¿Qué han hecho con el día de la mujer? ¿Qué
fue del espíritu de lucha que rodeaba esta fecha? ¿Qué hay de encarar las
desigualdades y la violencia contra ellas que aún ocurren especialmente en el
campo y en los cinturones de pobreza, con las empleadas domésticas?
Hoy el Día de la Mujer es regalar flores y
frases cursis, peluchitos y corazones, como si fuera una mezcla fatal de San
Valentín y el Día de las Madres… hoy todo es tan fresa para felicidad monetaria
de los que nos venden regalos para mujercitas. No pierden una los empresarios.
Tu mirada fresca y tierna, tu dulzura y
fragilidad, tú que educas a los niños y tiendes mi cama, tú que me soportas y
lavas mis calzoncillos, tú que me cocinas cuando vuelves de tu trabajo, tú que
estás cansada pero aflojas el cuerpo, te rindo homenaje porque te callas la
violencia a la que te someto y no le cuentas a nadie. Por ello es oportuno que
ese poeta hippie diga que “Ellas sonríen cuando
quieren gritar, cantan cuando quieren llorar, lloran cuando están contentas y
ríen cuando están nerviosas.” Qué bueno que te callas, mujercita que
celebra emocionada.
Disculpen que les diga qué hacer, amigas
mujeres, pero deberían protestar por ese machismo encubierto en ese supuesto
homenaje. Un machismo, no menor, sino más cobarde y clandestino, que no se
atreve a decir que lo que hablamos los hombres a solas sigue siendo de culos y
tetas.
Este día es de lucha, no de anestesia mental,
querida mujer. Despierta y date cuenta que esta conmemoración la han
prostituido ruinosamente, la han convertido en fiestita regia.
Pregúntate hasta
cuándo te faltarán al respeto cuando caminas por la calle, hasta cuándo te
ceden el asiento por considerarte débil, hasta cuándo ganarás menos, hasta
cuándo te dejarán de contratar por temor a que tengas hijos, hasta cuándo insistirán
en que si no te casas no sirves, hasta cuándo tu marido te insultará
impunemente, hasta cuando te golpeará sin que sepas defenderte, hasta cuándo
los analfabetos siempre son mujeres.
Y todo el día con
eso, es demasiado. Fans de Arjona tenían que ser.
Lo que este día recuerda, en realidad, es la lucha de las mujeres durante tantos años para alcanzar algunos de los derechos de los hombres. Lastimosamente, para que exista un día de la mujer muchas de ellas tuvieron que morir y lo que nos corresponde a las que estamos aquí es demostrar que tenemos la misma capacidad que los hombres y exigir que nos respeten de igual a igual, no que nos tengan pena ni nos paguen todo por nuestra 'condición de mujer'.. En este día lo que queda claro es que aún queda mucho por hacer.
ResponderEliminarQueda muuuuuuuuuucho por hacer para llegar a la igualdad de derechos. Y también para aprender a decir lo que pensamos en lugar de disimular.
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