Caray, con tanto trabajo no me he podido sentar a comentarles algunas cosas que al final dejé a medias, como la siguiente parte de “Para cada Adán hay una Eva” y el repunte de Susana Villarán.
En fin, el caso es que no pude evitar la tentación cuando vi lo que pasa entre Jefferson Farfán, de profesión futbolista, y su ex conviviente Melissa Klug, de profesión quién sabe. Es demasiado.
Es que lo malo de la Foquita es esa manía de ser opulento y ahora, después de habernos mostrado sus casas con piscina, sus joyas, sus automóviles de lujo y su hembra de segunda mano (o tercera), vemos cómo se enfrasca en una lucha para ver quién se sale con la suya, si Jefferson Farfán será otra vez el padre que no quiere reconocer sus obligaciones paternales o si Melissa Klug, será otra vez la mantenida a costa de un hijo oportuno.
Yo siento una mezcla de pena y rabia por ambos, pero más pena me da él porque a fin de cuentas Jeffrie es el talentoso en su trabajo y ella es un tubazo sin más talento que el de ser un víbora excitante, una buena para nada, una culazo sin instrucción pero con sobrada astucia.
Es como el diálogo entre Norman y Harry Osborn, padre e hijo en "El Hombre Araña". Luego de que Harry le presenta a su novia MJ Watson, el papá le pregunta burlonamente a su hijo si cree que ella se fijó en él por su gran personalidad. Así son todas, le dice, lobos hambrientos a la espera de lanzarse sobre su dinero. Finalmente le recomienda -como yo le habría recomendado a la Foquita- que haga con la nena lo que quiera hacer y luego se dedique a lo siguiente. Sólo que, para gusto del respetable, lo siguiente sería seguir haciendo con ella lo que cualquier pobre o rico haría: Tirársela en todas las versiones posibles. ¡Pero con condón, idiota, con condón!
Yo no soy hembra para estar opinando de hombres, pero me parece bastante obvio que Jefferson Farfán es un completo discapacitado del cuello para arriba, tanto por fuera como por dentro. O sea, feo y bruto. De otro modo no se explica cómo despilfarra el dinero en puras huevadas y no invierte seriamente su bonanza. Y claro, de otro modo tampoco se explica que se rodee de mujeres tan bellas como huecas (me refiero, entiéndase, al agujero cefálico, intelectual, no a los otros tres de rigor). ¿A qué sujeto se le ocurre meterse con una mujer de apenas 19 años y ya con 3 hijos de distintos padres? Y eso que a la Foquita le gustan los autos cero kilómetros. ¿El amor es así? Esta nena sí que sabe hacer lo suyo.
Jeffrie, por favor, invierte tu dinero en verdaderos negocios, por tu propio bien y el de tus hijos. Busca, si acaso puedes, salir con una mujer profesional, exitosa y madura, por más que la razón nos diga que una mujer de esa clase jamás haría otra cosa contigo que lo que hacen las vagabundas con las que has estado, a saber, divertirse con tu dinero. O ni eso. Pero al menos una profesional no te parasitaría cuando finalmente la aburras. Al menos tendría de qué vivir por su propio esfuerzo y dignidad. Al menos parecería que te buscaron a ti y no a tu billetera.
Tal vez ahora aprendas que en tu circunstancia siempre debes tener la duda (o la certeza) de que te buscan sólo por tu fortuna y que por ello debes firmar contratos de convivencia, pre-nupciales, etc. y todo aquello que proteja tu patrimonio desde antes que de que siquiera te arreches. Y que ninguna mujer debe vivir bajo tu mismo techo más allá de una noche porque así la ley te permite terminar con ellas -al menos y sobre todo- indemne.
Tu maniobra de usar a terceros como testaferros de tus propiedades me parece francamente torpe y fácil de desbaratar, tal como ni Montesinos pudo sostener. Peor aún, si Melissita tuviera sólo una neurona tal vez os denunciaría a ti y a tu madre por blanqueo de activos y evasión tributaria, cosas más o menos obvias porque ni tu madrecita ni ninguno de tus testaferros ni ninguna de tus empresas fantasmas pueden sustentar sus ingresos a ese nivel si no terminan señalándote.
Bueno pues, una bella ociosa, voraz, barruntera, culera y vividora contra un pelotero feo, narcisista, ostentoso, ignorante y padre negador. ¿De parte de cuál estoy? No importa, porque en apenas unos cuantos años tendremos a todos los involucrados envejecidos, empobrecidos y sin ningún futuro, peleando por migajas. Y agreguemos a un pobre niño convirtiéndose de príncipe a manganzón o pandillero, volviendo al mundo del cual sus padres salieron temporalmente, pero al cual se vuelve porque la cuna llama más fuerte que la tumba.
A mí me preocupa el chico de Melissa, refiriéndome, claro está, a Adrianito, porque ya es un poco tarde para preocuparse por cualquier otro chico de la rapaz.
Así se desperdicia a los niños. Ojalá el juez de familia encuentre la forma de que este juicio no sea la mera elección de cuál de los dos padres se despilfarrará el futuro de Adriano. Le recomiendo al juez que disponga lo siguiente: La Foquita debe depositar el 20% de sus ingresos que le obliga la ley a una cuenta de fondos de inversión intangible a nombre del niño y, de ahí, sólo los US$ 1,800.00 que ahora le da serán de disponibilidad inmediata de la madre para educarlo, vestirlo y alimentarlo, rindiendo cuenta de cada centavo utilizado. Y todos a ajustarse los cinturones. Oigan, la mujercita esta dice que eso es muy poquito... saquen la cuenta y verán quién debe estar metiendo uña en el futuro de ese infante. Y si no le alcanza, que se lo quiten. Tamaña ostra no se puede permitir. Que trabaje o le entregue el niño al papá que al menos tiene plata. Y tampoco dársela fácil al pelotero, que ponga y ahorre para cuando se retire, lo cual ocurrirá dentro de unos cinco o seis años apenas.
Y ya saben amigos: Cuando sepan que Melissa Slut, perdón, Klug, anda cerca, huyan como si fuera un coche bomba, no sea que los tiente con una sonrisita de espaldas y luego no sepan cómo escapar de la ruina. Estamos avisados.
En fin, el caso es que no pude evitar la tentación cuando vi lo que pasa entre Jefferson Farfán, de profesión futbolista, y su ex conviviente Melissa Klug, de profesión quién sabe. Es demasiado.
Es que lo malo de la Foquita es esa manía de ser opulento y ahora, después de habernos mostrado sus casas con piscina, sus joyas, sus automóviles de lujo y su hembra de segunda mano (o tercera), vemos cómo se enfrasca en una lucha para ver quién se sale con la suya, si Jefferson Farfán será otra vez el padre que no quiere reconocer sus obligaciones paternales o si Melissa Klug, será otra vez la mantenida a costa de un hijo oportuno.
Yo siento una mezcla de pena y rabia por ambos, pero más pena me da él porque a fin de cuentas Jeffrie es el talentoso en su trabajo y ella es un tubazo sin más talento que el de ser un víbora excitante, una buena para nada, una culazo sin instrucción pero con sobrada astucia.
Es como el diálogo entre Norman y Harry Osborn, padre e hijo en "El Hombre Araña". Luego de que Harry le presenta a su novia MJ Watson, el papá le pregunta burlonamente a su hijo si cree que ella se fijó en él por su gran personalidad. Así son todas, le dice, lobos hambrientos a la espera de lanzarse sobre su dinero. Finalmente le recomienda -como yo le habría recomendado a la Foquita- que haga con la nena lo que quiera hacer y luego se dedique a lo siguiente. Sólo que, para gusto del respetable, lo siguiente sería seguir haciendo con ella lo que cualquier pobre o rico haría: Tirársela en todas las versiones posibles. ¡Pero con condón, idiota, con condón!
Yo no soy hembra para estar opinando de hombres, pero me parece bastante obvio que Jefferson Farfán es un completo discapacitado del cuello para arriba, tanto por fuera como por dentro. O sea, feo y bruto. De otro modo no se explica cómo despilfarra el dinero en puras huevadas y no invierte seriamente su bonanza. Y claro, de otro modo tampoco se explica que se rodee de mujeres tan bellas como huecas (me refiero, entiéndase, al agujero cefálico, intelectual, no a los otros tres de rigor). ¿A qué sujeto se le ocurre meterse con una mujer de apenas 19 años y ya con 3 hijos de distintos padres? Y eso que a la Foquita le gustan los autos cero kilómetros. ¿El amor es así? Esta nena sí que sabe hacer lo suyo.
Jeffrie, por favor, invierte tu dinero en verdaderos negocios, por tu propio bien y el de tus hijos. Busca, si acaso puedes, salir con una mujer profesional, exitosa y madura, por más que la razón nos diga que una mujer de esa clase jamás haría otra cosa contigo que lo que hacen las vagabundas con las que has estado, a saber, divertirse con tu dinero. O ni eso. Pero al menos una profesional no te parasitaría cuando finalmente la aburras. Al menos tendría de qué vivir por su propio esfuerzo y dignidad. Al menos parecería que te buscaron a ti y no a tu billetera.
Tal vez ahora aprendas que en tu circunstancia siempre debes tener la duda (o la certeza) de que te buscan sólo por tu fortuna y que por ello debes firmar contratos de convivencia, pre-nupciales, etc. y todo aquello que proteja tu patrimonio desde antes que de que siquiera te arreches. Y que ninguna mujer debe vivir bajo tu mismo techo más allá de una noche porque así la ley te permite terminar con ellas -al menos y sobre todo- indemne.
Tu maniobra de usar a terceros como testaferros de tus propiedades me parece francamente torpe y fácil de desbaratar, tal como ni Montesinos pudo sostener. Peor aún, si Melissita tuviera sólo una neurona tal vez os denunciaría a ti y a tu madre por blanqueo de activos y evasión tributaria, cosas más o menos obvias porque ni tu madrecita ni ninguno de tus testaferros ni ninguna de tus empresas fantasmas pueden sustentar sus ingresos a ese nivel si no terminan señalándote.
Bueno pues, una bella ociosa, voraz, barruntera, culera y vividora contra un pelotero feo, narcisista, ostentoso, ignorante y padre negador. ¿De parte de cuál estoy? No importa, porque en apenas unos cuantos años tendremos a todos los involucrados envejecidos, empobrecidos y sin ningún futuro, peleando por migajas. Y agreguemos a un pobre niño convirtiéndose de príncipe a manganzón o pandillero, volviendo al mundo del cual sus padres salieron temporalmente, pero al cual se vuelve porque la cuna llama más fuerte que la tumba.
A mí me preocupa el chico de Melissa, refiriéndome, claro está, a Adrianito, porque ya es un poco tarde para preocuparse por cualquier otro chico de la rapaz.
Así se desperdicia a los niños. Ojalá el juez de familia encuentre la forma de que este juicio no sea la mera elección de cuál de los dos padres se despilfarrará el futuro de Adriano. Le recomiendo al juez que disponga lo siguiente: La Foquita debe depositar el 20% de sus ingresos que le obliga la ley a una cuenta de fondos de inversión intangible a nombre del niño y, de ahí, sólo los US$ 1,800.00 que ahora le da serán de disponibilidad inmediata de la madre para educarlo, vestirlo y alimentarlo, rindiendo cuenta de cada centavo utilizado. Y todos a ajustarse los cinturones. Oigan, la mujercita esta dice que eso es muy poquito... saquen la cuenta y verán quién debe estar metiendo uña en el futuro de ese infante. Y si no le alcanza, que se lo quiten. Tamaña ostra no se puede permitir. Que trabaje o le entregue el niño al papá que al menos tiene plata. Y tampoco dársela fácil al pelotero, que ponga y ahorre para cuando se retire, lo cual ocurrirá dentro de unos cinco o seis años apenas.
Y ya saben amigos: Cuando sepan que Melissa Slut, perdón, Klug, anda cerca, huyan como si fuera un coche bomba, no sea que los tiente con una sonrisita de espaldas y luego no sepan cómo escapar de la ruina. Estamos avisados.
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La Sala de Ensayo
En efecto, algunos infelices reciben más de lo que merecen y pueden controlar. Sin embargo es de ellos y punto. En lo que ellos quieran “invertir”, es cosa de ellos.
ResponderEliminarLo cierto es que la perspectiva de la gente es de acuerdo a su propio criterio. Como abogado, contador, médico, profesor, etc. Como lo vean (al Sr. Foquita) siempre concluyen en que él es la víctima. Pero en realidad yo lo veo de otro modo, lo veo como “Marketero”.
Existen servicios y prestaciones. Si ese negro imbécil no hubiese conocido a Melissa Klug jamás se le hubiera ocurrido invertir en casas lujosas, automóviles, ni en vestuarios exclusivos de diseñador. Probablemente hubiera construido una mansión en algún cerro de La Tablada de Lurín del distrito de Villa María del Triunfo – su ciudad natal – como lo hiciera en su momento el finado Johnny Orosco (Grupo Néctar) en Collique de Comas cuando estuviera en la gloria musical. Resulta que “La cabra siempre tira pal monte”.
Acaso no saben que cuando un negro va a las discotecas NO LOS DEJAN ENTRAR, a ver mándate a las tiendas de la calle Dasso en San Isidro y “trata” de comprar una prenda de “marca”. No pues, a los negros no los dejan andar sueltos SIN CORREA. La única forma de que el foquita ingresara a algunos lugares de la Lima Exclusive era acompañado de un culito blanco, no importa si es de los Barracones o de Miraflores, pero blanco al fin.
Lo que sí es indiscutible es que hay un negrito que no tiene la culpa de nada. Pero no nos olvidemos que hay una niña de su anterior compromiso. A ella (la niña) también le debería tocar su fideicomiso, porque es obvio que necesitan un albacea para poder disfrutar de su dinero en la niñez también.
Hay algo que me gustó mucho de tu publicación: El culito de la foto jajajaja
jijiji...no has tenido tiempo...pero si te has dado buen tiempo para buscar la dichosa fotito...mmm en que ocuparas tu tiempo bandido...
ResponderEliminarNo creo que sólo una mujer profesional puede darse su lugar e irse con su hijo y salir adelante por sus propios medios.
ResponderEliminarRacismo = Ignorancia
ResponderEliminarlas Putas vividoras, y los malos padres hijos de puta no tiene colores (amarillo, negro, brown,fosforecente) o alguien conoce a algun descendiente directo de Adan ke haga sus compras en PASADASSO. el tema de fondo deberia ser como agarrar de los huevos a los padres que andan regando hijos por todos lados, y no los mantienen y despues nos preguntamos por ke carajo no avanzamos, por ke matan por un par de tabas.
Discrepo con el primer comentario: No creo que Farfán esté recibiendo más dinero del que merece. Sus honorarios son una cuestión de mercado por la cual están conformes él y sus empleadores y allí nadie puede intervenir. Tal vez sea más de lo que puede manejar, y eso es parte de lo que se plantea aquí.
ResponderEliminarPor otra parte, creo que el tema racial no debería ser parte de la discusión. En ningún momento he hecho mención a la raza de la Foquita y pienso que su revanchismo es con su anterior pobreza, no con su raza. Y si la sociedad y algunos negocios son racistas, eso no lo debería condicionar.
La expresión "profesional" no es sinónimo de "universidad" y el uso que le he dado considera esto. Por ejemplo, empecé diciendo que Farfán es DE PROFESIÓN FUTBOLISTA, tal como Marco Antonio era de profesión estilista, Christian Meier es de profesión actor o Juan Diego Flores es de profesión cantante. Por lo tanto una mujer profesional no tiene que ser universitaria, pero sí una emprendedora en aquello en lo que trabaja, una mujer esforzada en sacar adelante su nombre como trabajadora. Me pregunto, por ejemplo, si Jimena de la Quintana, más joven y soltera, sería la clase de pareja que Jeffrie debería buscar. Huelgan comentarios.
Ah, y en cuanto a la foto de portada, ya la tenía hace tiempo, me la encontré de casualidad hace meses y sabía que alguna vez me caería a pelo en el blog. Felizmente para todos, no me equivoqué. ¿Acaso alguien la ha reconocido?
QUE PENA Q HAIGA CAIDO EN MANOS D UNA MUJER Q LE IMPORTA SOLO EL DINERO Y Q UTILIZA A SUS HIJOS PARA SACAR PROVECHO PERSONAL. BRISA
ResponderEliminarAMIGO.. LAS MUJERES SOMOS LAS REINAS DEL MUNDO.. HASTA SE DAN EL TIEMPO DE PONER UNA FOTO EN HILO DENTAL..Y PORQUE NO LAS MUJERES PONEN A UN HOMBRE DESNUDO COMO VINO AL MUNDO..CARAMBAS QUE SE PUEDE MOSTRAR DE LOS HOMBRES SINO TIENEN NADA
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