sábado, 24 de abril de 2010

La combi nuestra de cada día

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Ya estoy mareado de tanta congestión y demoras, estos atracones son un vomitivo, especialmente cuando uno anda en combi, ahí metido en esas porquerías viejas y destartaladas, apretado, humillado y vejado. Pero peor que esas basuras rodantes son quienes las manejan y quienes cobran ahí.

Aborrezco con pasión a esos animales como si fueran perros rabiosos que atacan a niños y ancianos impunemente. Jaurías de malvivientes y apestosos.

He tenido el placer de golpear a algunos de vez en cuando, ay, pero los he gritado más, los he odiado como si eso fuera mi única misión en la vida, sueño su desaparición como punto culminante de una vida exitosa, marcada por la gloria.

Esos desgraciados no tienen madre, no los han parido sino excretado, y probablemente se reproduzcan por bipartición porque no creo que exista mujer capaz de compartir su fétida cercanía y porque finalmente tienen una ameba por cerebro, si acaso gozan de alguno.

Los microbuseros, ellos mismos, han de ser amebas porque, como ellas, son fuente de enfermedades parasitarias epidémicas, propagadores del vestir y hablar sucios, son agentes de pestes en aguas residuales que indebidamente se mezclan con las aguas limpias de la civilización.

Si hay alguien a quien nadie debe extrañar es a estos seres aparentemente humanos que corren, zigzaguean, frenan, gritan, ensordecen, escupen, mean, ensucian y corrompen impunemente con especial esmero y fruición. No los echen de menos cuando finalmente alguna autoridad -bastante más competente y honesta que la actual- decida por fin fumigar el transporte público rápida, efectiva y económicamente. Y sin robar.

Resistan la despreciable tentación de sentir solidaridad por ellos y por cualquiera de los suyos, aun sus crías, probablemente ya condenadas desde el vientre a ser una podredumbre como ellos, lanzados al olvido callejero porque en realidad nunca fueron deseados, estos salvajes son incapaces de desear ni hacerse cargo de algo tan bueno como un bebé.

Así tendrán que desaparecer, protestando, bloqueando calles con sus impresentables vehículos del mal. Pero, sobre todo, tendrán que desaparecer despreciados y olvidados, en medio del festejo de los que realmente quieren una buena calidad de vida.

¿A qué se dedicarán después? No lo sé y no me importa porque no soy político. Que hagan algo provechoso por primera vez porque el transporte lo hacen insuperablemente mal.


Crédito por caricatura:
Quinto, tomado de imageshack.us
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4 comentarios:

  1. Muchos de ellos se dedicarán a la delincuencia, te lo puedo asegurar porque sé de un par de casos de delincuentes que para no robar trabajan en las combis, si alguien los chotea se dedicarán de nuevo a robar, y no es un supuesto, ellos mismos lo dicen, lo he oído yo mismo en un par de veces de distintas combis...
    Con esto no estoy defendiéndolos, coincido contigo totalmente en que las combis deben desaparecer, pero a la vez se debe atender el tema de la Seguridad Ciudadana, que coincidentemente es otro de los puntos débiles que han tenido las gestiones de los últimos alcaldes de Lima... a ver qué se hace...

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  2. Totalmente deacuerdo mi estimado amigo, hemos sido compañeros de viaje al retorno a nuestras casas despues de un dia de trabajo y de verdad uno mas se cansa mas en el viaje que en el mismo centro de labores, viajando como sardinas, soportando las malacrianzas del chofer y del cobrador, en general del todo el caos que conlleva cerrar pistas para su refraccion sin fecha de termino publicada...pero no hay que generalizar hay gente muy amable que se salva de tu punzante comentario gente que trabaja para mantener a sus hijos y sacarlos adelante rompiendoze el lomo para darles algo de estudios...

    Los que tenemos algo mas de educacion tenemos la responsanilidad social de enseñar y corregir en situ a estas personas con un poco de fe que no les entrara por una oreja y se le saldra por la otra...

    George

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  3. Y eso que mi suegro y cuñados eran "transportistas"...

    Pero ellos eran de esas minorías extintas de las que hablas, George, y todos sabemos que por cuatro gatos no vamos a verlos de otro modo. Pero no niegues que nos divertimos esa vez del manazo al cobra del Chino.

    Ah, y lo de dedicarse a ladrones, Xtian, cuidadito con vivir chantajeados por eso.

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  4. jajaj ese dia fue legendario... ese on nunca se va a olvidar de tu manazo al estilo gaby perez del solar en su mitra...

    George

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