Hoy voy a tratar, sólo tratar, de ser moderado y racional. Hay un problema que exige involucrarse, proponer soluciones y no sólo quejarse y buscar culpables. Los esfuerzos de todo un país por controlar esas asociaciones ilícitas para delinquir llamadas comúnmente barras bravas.
Espero no equivocarme demasiado, de lo contrario, si vamos a vivir equivocados entonces nos merecemos esta y más violencia. Yo, como cualquier persona normal, siento indignación, lástima, burla, consternación y una mezcla de todo junto cuando vemos la impunidad con que crece la descomposición social.
Pero a mí, cómo no, también me han ocurrido sueños felices, como alucinar que en una sola final nacional se juega un doblete cuyo partido de fondo es el U-Alianza antecedido de un Cristal-Boys por el tercer puesto, es decir, toda la delincuencia juvenil limeña reunida como si fuera asamblea de bases. Ahí, como nunca, se reúnen en un solo lugar, una sola vez, toditos, como un banquete para fachos, y me asalta el sueño de exterminarlos allí mismo, apenas terminado el partido final y como celebración de aquellos a quienes nos gusta la vida tranquila y civilizada, a puertas cerradas y ya con los periodistas afuera (¿o los exterminamos a ellos también por amarillos, permisivos y mala onda con los demás deportes?), como un nuevo Auschwitz, lleno, ya no de judíos inocentes, sino de aquellos que viven de la ociosidad, de las drogas, del exceso de alcohol, de la violencia, del temor ciudadano, de la vida parasitaria, de la suciedad en cada muro de la ciudad. Al toque y con llave por fuera.
Allí he soñado un sueño imposible, al acostarme luego de ver en las noticias cómo hay gente que tiene hijos sin deseo y sin propósito, listos para convertirse en criminales cuando apenas terminan la primaria, niños postulados y elegidos para ser agresores sin remedio, que atacan a los indefensos impunemente, me he acostado soñando crímenes masivos, genocidios justos luego de tanta indignación por causa de unas autoridades sin nombre y sin ganas ni capacidad de trabajar.
Lo he soñado y lo admito porque sospecho que todos lo hemos soñado alguna vez como se sueña el paraíso celestial, como se sueña luego de las noticias de una población olvidada a su suerte en las garras de esos vagabundos sin futuro.
Resocializar, recuperar, salvar, se han preocupado de atender a los culpables más bien que a los inocentes, se han preocupado de negociar con delincuentes en vez de proteger a los que nada malo han hecho, hemos tenido que soportar ver cómo una Ministra del Interior se puso a coser banderolas falsas para que una horda no se desate, los hemos visto pedir disculpas a esas bandas porque su bandera pirata apareció en manos de la mafia de enfrente.
Yo he soñado porque la realidad no me permite otra cosa y porque tengo derecho a soñar, porque tengo derecho a un país y un mundo sin tanta mierda, porque tengo derecho a que si esos ineptos no lo hacen realidad al menos puedo imaginarlo a mi manera. Esos son mis sueños y los de muchos más que al despertar cumplimos con una ley que para los demás es simple papel pintado. Los cumplidores de la ley sólo queremos que los demás también la cumplan y que el presidente y toda su corte de genuflexos dejen de huevear, que los futuros presidentes, congresistas y jueces no sean la mierda que son como políticos hoy mismo. Soy ciudadano y estoy soñando, estoy opinando.
Lo he soñado y no me avergüenzo tal como nadie se avergüenza de las pequeñas, ilusas y felices licencias de su soñadora imaginación. Porque la libertad no me la han regalado sino que nací con ella, es parte de mí, porque sueño como loco pero actúo como cuerdo, allí está mi sufrimiento, el de todos, nuestro país de situaciones ridículas y fuera de control.
Muertos todos, eso he soñado, he soñado que no salen vivos del estadio, he soñado que después de publicar esto me van a matar, he soñado que nuestro país funciona, he soñado que la policía es respetable, incorruptible y sin guata, he soñado que los dirigentes son eficaces y no apañan delincuentes, he soñado que los políticos odian la mentira y la corrupción, he soñado que los periodistas al menos saben jugar un poco de fútbol o informan sin pensar en vender, he soñado que hay algo que Phillip Butters no sabe, he soñado que Burga se fue ayer, he soñado un país próspero y pacífico para todos los que sobreviven a ese feliz holocausto, he soñado que mis sueños los ofenden.
Muertos todos, eso he soñado, he soñado que no salen vivos del estadio, he soñado que puedo soñar porque soñar no cuesta nada.
Perdonen, hoy no logré ser moderado y racional, hoy sólo logré soñar.
Espero no equivocarme demasiado, de lo contrario, si vamos a vivir equivocados entonces nos merecemos esta y más violencia. Yo, como cualquier persona normal, siento indignación, lástima, burla, consternación y una mezcla de todo junto cuando vemos la impunidad con que crece la descomposición social.
Pero a mí, cómo no, también me han ocurrido sueños felices, como alucinar que en una sola final nacional se juega un doblete cuyo partido de fondo es el U-Alianza antecedido de un Cristal-Boys por el tercer puesto, es decir, toda la delincuencia juvenil limeña reunida como si fuera asamblea de bases. Ahí, como nunca, se reúnen en un solo lugar, una sola vez, toditos, como un banquete para fachos, y me asalta el sueño de exterminarlos allí mismo, apenas terminado el partido final y como celebración de aquellos a quienes nos gusta la vida tranquila y civilizada, a puertas cerradas y ya con los periodistas afuera (¿o los exterminamos a ellos también por amarillos, permisivos y mala onda con los demás deportes?), como un nuevo Auschwitz, lleno, ya no de judíos inocentes, sino de aquellos que viven de la ociosidad, de las drogas, del exceso de alcohol, de la violencia, del temor ciudadano, de la vida parasitaria, de la suciedad en cada muro de la ciudad. Al toque y con llave por fuera.
Allí he soñado un sueño imposible, al acostarme luego de ver en las noticias cómo hay gente que tiene hijos sin deseo y sin propósito, listos para convertirse en criminales cuando apenas terminan la primaria, niños postulados y elegidos para ser agresores sin remedio, que atacan a los indefensos impunemente, me he acostado soñando crímenes masivos, genocidios justos luego de tanta indignación por causa de unas autoridades sin nombre y sin ganas ni capacidad de trabajar.
Lo he soñado y lo admito porque sospecho que todos lo hemos soñado alguna vez como se sueña el paraíso celestial, como se sueña luego de las noticias de una población olvidada a su suerte en las garras de esos vagabundos sin futuro.
Resocializar, recuperar, salvar, se han preocupado de atender a los culpables más bien que a los inocentes, se han preocupado de negociar con delincuentes en vez de proteger a los que nada malo han hecho, hemos tenido que soportar ver cómo una Ministra del Interior se puso a coser banderolas falsas para que una horda no se desate, los hemos visto pedir disculpas a esas bandas porque su bandera pirata apareció en manos de la mafia de enfrente.
Yo he soñado porque la realidad no me permite otra cosa y porque tengo derecho a soñar, porque tengo derecho a un país y un mundo sin tanta mierda, porque tengo derecho a que si esos ineptos no lo hacen realidad al menos puedo imaginarlo a mi manera. Esos son mis sueños y los de muchos más que al despertar cumplimos con una ley que para los demás es simple papel pintado. Los cumplidores de la ley sólo queremos que los demás también la cumplan y que el presidente y toda su corte de genuflexos dejen de huevear, que los futuros presidentes, congresistas y jueces no sean la mierda que son como políticos hoy mismo. Soy ciudadano y estoy soñando, estoy opinando.
Lo he soñado y no me avergüenzo tal como nadie se avergüenza de las pequeñas, ilusas y felices licencias de su soñadora imaginación. Porque la libertad no me la han regalado sino que nací con ella, es parte de mí, porque sueño como loco pero actúo como cuerdo, allí está mi sufrimiento, el de todos, nuestro país de situaciones ridículas y fuera de control.
Muertos todos, eso he soñado, he soñado que no salen vivos del estadio, he soñado que después de publicar esto me van a matar, he soñado que nuestro país funciona, he soñado que la policía es respetable, incorruptible y sin guata, he soñado que los dirigentes son eficaces y no apañan delincuentes, he soñado que los políticos odian la mentira y la corrupción, he soñado que los periodistas al menos saben jugar un poco de fútbol o informan sin pensar en vender, he soñado que hay algo que Phillip Butters no sabe, he soñado que Burga se fue ayer, he soñado un país próspero y pacífico para todos los que sobreviven a ese feliz holocausto, he soñado que mis sueños los ofenden.
Muertos todos, eso he soñado, he soñado que no salen vivos del estadio, he soñado que puedo soñar porque soñar no cuesta nada.
Perdonen, hoy no logré ser moderado y racional, hoy sólo logré soñar.
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Alguna vez tuve un sueño parecido pero era en las carceles, volaban con una explosión todas al mismo tiempo... solo un sueño... con tanto malandro que sale de la carcel solo para seguir por el mal camino (con toda la experiencia adquirida en la carcel)... en fin...
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