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Me he preguntado muchas veces si debo ventilar
el siguiente tema con ustedes aquí, en La Sala de Ensayo. ¿Es un asunto privado
o, por el contrario de interés más o menos público?
Cuando uno es engañado en temas que a nadie más
compete, entonces nadie más tiene por qué saber, y menos a través de una web
pública como ésta.
Pero cuando uno siente que ha sido engañado en
el marco de una campaña o causa pública, la cual finalmente parece un anzuelo
para tomarle el pelo a los demás, entonces el asunto cambia. Porque uno no debe
permitir que una buena causa sea el ardid para el hueveo y el cojudeo.
Y a mí no me gusta que me hueveen ni me cojudeen,
eso es todo. Me he sentido engañado. Que lo haga alguien que no es mi amigo es
algo que no sorprende, pero que lo haga alguien a quien se considera amigo es
doblemente agraviante. Y si lo hace tomando el nombre de una causa noble,
triple.
Porque David Pino, fundador y administrador de
“Lima la Única” es alguien a quien yo siempre apoyé y defendí, eso lo saben muy
bien quienes nos conocen a ambos.
¿Qué pasó, realmente?
Ustedes saben que hicimos una convocatoria en
defensa de la Plaza Dos de Mayo (y de otros lugares similares en peligro de
destrucción) el 15 de enero de 2012 allí mismo, en la plaza.
Varias personas como Vladimir Velásquez (director
de Lima Antigua), su pareja Lissete Joya, Marquito Gamarra, Roel Alonzo Torres -y
otros más- dimos de nuestro tiempo, interés y recursos (o sea, plata) para
financiar lo que se necesitara sin la más leve intención de pedirle un centavo
a quienes asistieran ni a otras personas. Eso sí, había que comprar algunas
cosas y para eso entregamos dinero.
Yo he creído tanto en David que puse el pecho
para defenderlo cuando se le encargó la confección de unos pines (y otras
cosas, alusivos al aniversario de Lima, el cual justo se iba a cumplir en ese
mes) y simplemente los pines no aparecieron nunca, ni en los primeros días de
enero, ni el 15, ni en una actividad de Vladimir en ese mes, ni después de eso.
Hasta ahora. Ni pines ni plata,
simplemente nada. ¿Cómo la ven? Qué linda es Lima, ¿verdad?
Un tema privado.
Habíamos concordado que el tema de estos
donativos íbamos a manejarlo en estricto privado entre los donantes y David,
dado que si eran para comprar esos obsequios, entonces nadie más tenía por qué
reclamarlos ni indagar por ellos.
Por eso, cuando los pines y otros gastos no se
concretaron, yo rechacé la intervención del buen Wilfredo Ardito, quien intercedía ante la cada
vez mayor incomodidad de Vladimir y Roel.
Estaba seguro (pobre tonto yo) que estábamos entre personas serias que
honran su palabra a pesar de cualquier dificultad circunstancial.
En fin, ahorremos floro y vayamos al grano:
¿David ha rendido cuenta del dinero entregado para la jornada de la Plaza Dos
de Mayo, o no? La respuesta es muy simple: Por su propia iniciativa, no. Solo
ha devuelto a quienes le armaban escándalo, o sea, a Vladimir y a Roel.
Vladimir se alteró tanto que hasta puso textos
de reclamo en el muro del Face de David. Tengo sus correos y comunicaciones en
las que expresa toda su rabia por haber confiado en David. Lo llamó merecidamente
“pendejo” cuando notamos que en Facebook se pone inactivo para mí pero al mismo
tiempo estaba chateando con él cuando todavía trataba de recuperar su dinero. Vladimir
también me dijo que David es “una persona la cual no volveré a confiar”. Y yo,
como un idiota, defendiéndolo, pensando que era solo un desorden suyo y nada
más, sin dolo posible.
Recordando a Roel, caray, estaba hecho un
pichín cuando yo ya había dejado de defender a David, aunque yo tampoco lo
atacaba. Y en diálogos de marzo, más de dos meses después de entregado el
dinero y de realizado el evento. Increíble:
Roel me contaba: “Sabes algo de David Pino... me
aseguró que "aunque no lo creas recién tengo el dinero mañana
a las 9 o hasta las 9 lo deposito"... hasta ahora
el huevonazo no deposita nada… ya me llegó al pincho”. Y agregó: “Espero no
verlo más, gente como él me repulsa, porque el tema del dinero o la falta de él
lo puedo entender, pero no la delicadeza o la falta de palabra.” ¿Y yo?
Tratando de poner paños fríos, paciencia. Un idiota consumado.
Para ti, David.
Bueno, David, ya ves que tengo tantos
testimonios, los estoy leyendo ahorita mismo, son demasiados. Muy recientemente
has dicho a Wilfredo que ya arreglaste conmigo, no sé qué chucha habrás
arreglado con otro Ronald, pero conmigo nada de nada. No tengo comunicación contigo
desde el 28 de marzo vía correo electrónico. Ni yo mismo lo puedo creer.
David, deja de embaucar a la gente usando a
Lima la Única, tal vez la única cosa por la que se te podrá recordar
positivamente, deja de organizar paseos sin bus y sin rumbo, deja de prometerme
cojudeces y devuélveme ese puto dinero, pero sobre todo, deja de mentirle a la
gente y de ser tan falso y mal amigo. Deja de hacerle daño a la causa
limeñista.
¿Con qué cara haces cartas a las autoridades
exigiendo que cumplan con hacer lo suyo si tú no cumples con lo tuyo? ¿Cómo te
atreves a liderar campañas de defensa de lo que sea cuando en lo más mínimo te
falta coherencia? ¿Por qué no dejas de pedirme disculpas estúpidas cada vez que
te indago por escrito? Porque tiene que ser por escrito, de otro modo, todos lo
sabemos, es imposible hallarte por ese celular de mierda que no sirve para nada.
Sabes que te dije que dejes de hacerme promesas
y simplemente vengas a mi casa a devolver el dinero sin tanto preámbulo. ¿El
resultado? ¡Desapareciste! Te dimos el dinero el 30 de diciembre… hace casi
cinco meses.
Tengo derecho a
hartarme.
Pero subes fotos, haces comentarios en Facebook
como si nada pasara. El pobre Wilfredo Ardito se muere de la sorpresa cada vez
que me pregunta o le cuento que de ti no sé nada, que ya ni me convocas a nada
pese a que todos saben cuánto te apoyé. Me has dejado afuera para cabecearme
mejor, eso siento.
¿Sabes que hay quienes se preguntan qué fue de
mí? ¿Sabes que hay quienes se preguntan en qué quedó nuestras campañas a favor de
la Plaza Dos de Mayo? ¿Sabes que hay quienes piensan que abandoné todo porque
sí? Pero eres tú quien ha sido capaz de abandonar eso por putos 120 soles, eso
vale nuestra amistad y la plaza para ti. Porque has preferido abandonar nuestra
amistad y la campaña antes que devolver ese dinero.
No, no es que sea una fortuna ni que todo se
reduzca a plata, lo sé, pero justamente por no ser mucho es que me humilla más,
que ese sea el valor de nuestra amistad.
Repetiré lo que escribí a Roel en marzo: “Al
menos puedo decir sin anestesia que todo lo de la Plaza Dos de Mayo se fue a la
mierda por este rollo imperdonable.”
¿Por qué te expones a esto, David? ¿Por qué
usaste de esa manera nuestro cariño por Lima? ¿Por qué la gente que te da
dinero muchas veces ha sentido miedo, temor? ¿Por qué tengo que hacer esto? Te
diré por qué hago esto:
Porque no es justo que hagas lo que se te da la
gana impunemente. No es justo que la gente no pueda formarse una imagen tuya
hasta que es demasiado tarde. Ellos tienen derecho a saber esto antes de darte
medio centavo.
¿Qué pasa si en el futuro te dan un puesto o
postulas a un cargo público como líder limeñista? ¿Qué pasará si se te encargan
fondos para ciertas actividades, y fallas? ¿Me lo callaré? ¿Estaré en la
obligación de advertir, como siempre hace la gente, demasiado tarde? ¿Me preguntarán “¿por
qué no hablaste a tiempo?”?
No, David, esto no puede seguir siendo privado.
¿Por qué? Porque Lima merece mejores defensores que tú, pese al enorme e
inigualable conocimiento que tienes de nuestra histórica ciudad. Quiero que
nadie sufra lo que hiciste sufrir a esas personas y aun me haces sufrir a mí y
a otros como Marquito, quien paciente y alegremente espera que pases de la
palabra a la acción. Marco es de oro.
Me acuerdo que alguna vez dije que tienes un
parecido a José Carlos Mariátegui. Ahora creo que te pareces más a Aldito que
al Amauta. No sé por qué.
Me despido por escrito.
Sabes, pienso que cínicamente te vas a ofender
con esto, aunque no tienes derecho luego de que has sido tan desleal conmigo.
No importa ya. Si no te gusta puedes venir, al menos por eso, a buscarme, me
dará gusto recibirte como mereces.
Pero no vendrás. No vendrás porque sabes que no
miento. Ya no importa si nunca vienes a devolverme plata ni nada. Igual ya te
habías borrado del mapa. Y me habías borrado del mapa a mí, sin más
Solo lamento esto por lo que estarán pensando Silvita, Ramón, Marco, Toño, Roel, Vladimir, Guadalupe, Eddie, y tanta gente noble, miles de personas, que no tienen por qué soportar esto. Ahora puedes desaparecer. Ahora puedes sentirte
liberado de esconderte de mí. Que te aproveche.
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